Doce volúmenes ya, se dice pronto. Panini Cómics sigue adelante con su recopilación de Amanecer de X en un formato muy cómodo y de precio ajustado (para los estándares actuales) y se encamina a la etapa final de la primera gran fase de la Patrulla-X krakoana. Series como Infernales señalan incluso que sus próximos pasos estarán vinculados a X de Espadas.
«Je. No me sorprende que Nate se ocupe del caso«
Este tomo incluye la cuarta entrega de Infernales, el número #10 de Merodeadores, el segundo capítulo de Cable, el Giant-Size dedicado a Magneto y el debut de X-Factor, con el español David Baldeón a los lápices.
Infernales, con la mirada puesta ya en X de Espadas, cierra su arco inaugural dejando las cosas casi como estaban al principio. Mariposa Mental ha logrado imponerse a sus compañeros y erigirse como líder del equipo. Siniestro y Kaos, por su parte, no muestran una evolución relevante. El primero sigue con sus «siniestros» planes y el segundo no ha justificado su presencia en el equipo. Su participación, al menos, ha servido para que la participación de Madelyne Pryor tuviera más sustancia y generase algo de drama. Abre, además, un interesante debate en torno a las resurrecciones en Krakoa, el leitmotiv casual de este tomo.
En Infernales se habla acerca de posibles excepciones a la resurrección. ¿Los clones son personas o son otra cosa? ¿Madelyne tiene menos derecho que Jean Grey? ¿Y qué Lobezna? No se entra a fondo en el asunto, tan solo una conversación entre Kaos y Cíclope de dos páginas, pero abre la puerta al futuro debate.
Pero es que en Merodeadores se habla también de la problemática de las resurrecciones a cuenta de Kate Pryde, fallecida números atrás por la mano de Sebastian Shaw. Así, mientras los Merodeadores van dando pasos en la dirección de la inminente justicia (¿alguien duda que Shaw no terminará recibiendo su merecido?), los Cinco y Xavier se cuestionan el porqué de los intentos fallidos de traer a Pryde de vuelta.
Y sobre el cómo y el cuándo de las resurrecciones es el asunto a tratar por X-Factor, que en esta nueva iteración se convierte en un equipo de investigación en clave krakoana en estrecha colaboración con los Cinco. Uno de los peligros o problemáticas que presenta la resurrección es la de traer de vuelta a alguien que no ha muerto, que simplemente ha desaparecido. Eso es algo a evitar y, por tanto, los Cinco piden por norma una prueba tangible de muerte para poder iniciar el proceso de resurrección. Conseguir tal prueba no siempre es sencillo. Y es ahí donde entra X-Factor de Leah Williams en un primer número con mucha cháchara intrascendente, pero con buenos mimbres.
Para finalizar, Magneto y Cable. El primero protagoniza un capítulo centrado en su relación con Emma Frost y con Namor como invitado de excepción. La semilla de la Gala Fuego Infernal se planta en este cómic escrito por Jonathan Hickman. En cuanto a Cable, seguimos tirándonos de los pelos por no haber hecho caso a su colección cuando se publicó por primera vez. Un bebé mutante desaparecido, Cíclope y Emma Frost haciendo de padres, Cable (el joven) saliendo con las Cuco ¡con todas! y Cable (el viejo) protagonizando su propia trama en un futuro y tiempo extraño. Gerry Duggan nunca falla.
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