Spiderman/Deadpool

El asombroso Spiderman #137: No es cosa de risa

El asombroso Spiderman #137Es curioso que el título del primer número Spiderman/Masacre del que ya no se hacen cargo los autores originales, Joe Kelly y Ed McGuinness, sea la mejor definición de lo que terminamos de leer en este fin de ciclo. No es cosa de risa, nos dicen Joshua Corin y Will Robson, como una suerte de guiño a quienes han asistido al giro radical de la serie en los dos números finales de Kelly y McGuinness. Porque lo que era una coña entre el Trepamuros y el Mercenario Bocazas cambia totalmente de color en su final.

 

No es que se abandone el humor ni la dinámica entre los dos personajes más parlanchines y socarrones de Marvel, en absoluto. Pero lo que Kelly nos cuenta en esta fase final es el porqué de que Spiderman sea Spiderman y el porqué de que Masacre sea Masacre. Y eso no se puede abordar desde la comedia. O, por lo menos, no solo desde ahí, por mucho que se nos cuelen diálogos chispeantes y, sí, de nuevo la aparición de un Mefisto que juega el papel de introductor a lo Creepshow.

 

Lo que domina, en ese sentido, es la sorpresa, porque era difícil esperarse un desenlace así cuando Kelly introdujo a Witsi Wisti, un personaje que da su juego. Es, podríamos decir, como si el espíritu de Spiderman Superior se hubiera metido de lleno en Spiderman/Deadpool. De hecho, Kelly suelta alguna que otra pulla en ese sentido, demostrando que ni para eso hay que perder el sentido del humor. Pero para retomarlo como lo hemos tenido hasta ahora hay que llegar al primer número de Joshua Corin y Will Robson.

 

Superando esa perplejidad, que en realidad es algo inherente a esta serie, rocambolesca desde el principio y abonada a la pretensión de dejar al lector boquiabierto por una u otra razón, el ritmo es tan alto que casi da lo mismo lo que nos estén contando, porque lo vamos a devorar igual. McGuinness, otrora un dibujante algo más caricaturesco y ahora uno que sabe aprovechar un sabor clásico mezclado con la modernidad del cómic de superhéroes, se lo pasa en grande con las escenas de acción… que en realidad son todas, porque esto es un clímax de dos números en toda regla.

 

Lo que Kelly sí ha sabido hacer, precisamente para que la serie pueda seguir sin problemas, es devolver a los personajes al statu quo original sin que se tenga la sensación de que no ha pasado nada. Porque pasar, pasan cosas. Muchas. De forma frenética. Pero al final no nos movemos mucho. La magia de la continuidad y, sobre todo, de que esta no sea la cabecera principal de ninguno de los dos personajes, sino un loable y sincero intento de pasarlo bien y de encontrarse en cada momento cosas difíciles de anticipar.

 

Si hay que buscar algo que no funciona, está en el peligro de que olvidemos lo que hemos leído anteriormente. En este 137 hay dos números que concluyen una historia iniciada unos cuantos números atrás, interrumpida por especiales navideños y fill-ins y ahora cortada con el clásico “continuará” porque no hay espacio para más. A ver si con Corin y Robson tenemos la misma facilidad de retomar lo previo que sí hemos tenido con Kelly y McGuinnes.

Acerca de Juan Rodríguez Millán

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Periodista de corazón y de vocación, dispuesto a escribir sobre todo aquello que necesite explicación, pero disfrutando ahora mismo de la vida profesional online juntando letras sobre cómic, cine y deporte. Y con muchos proyectos e ilusiones en la cabeza, algunos de los cuales ya están tomando forma en el disco duro.

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