Pura Maldad: Brainiac

Pura Maldad – Brainiac: Experto en evolucionar

Pura Maldad: Brainiac«¡Es imposible que sea mejor que las explosiones de Star Wars!«

 

Cada vez que leo algo sobre Brainiac me asusto un poco. Porque, al menos la versión que he conocido yo siempre, se trata de un enemigo formidable que es prácticamente inmortal gracias a que es capaz de volver a replicarse en un cuerpo diferente, pero con la misma mente hecha de unos y ceros. Pero hay más, porque el villano es, además, un viajero interestelar consumado que gusta de llevarse pedacitos de cada planeta que visita a cambio de dejar en ellos parte de su ser. ¿Un enemigo con tantas copias de sí mismo como estrellas hay en el firmamento? No, gracias.

 

Pero Brainiac no ha sido siempre la verde máquina desprovista de sentimientos. El nuevo volumen de la serie Pura Maldad que publica ECC nos muestra los inicios del villano como científico alienígena empeñado en coleccionar ciudades. La primera versión de Brainiac, que llegaría en 1958 de la mano de Otto Binder (al guión) y Al Plastino (a los lápices) nos hablaría de un científico huido de un planeta cuya población había perecido (a sus manos presuntamente) y que buscaba repoblarlo con seres maleables para convertirse en su dueño y señor por segunda vez.

 

«Mi ‘muerte’ no fue más que una farsa para el gran público«

 

Desde esta primera incursión en la Tierra y hasta la actualidad han sido muchas las veces en las que el Hombre de Acero y Brainiac se han enfrentado. Y la constante de todas estas batallas es que Superman, en el mejor de los casos, ha logrado repeler el ataque más que derrotar al enemigo en combate. Quizás esto nos dé una idea aproximada de la escala de poder en la que se mueve uno de los más antiguos adversarios del kriptoniano. También desde esta primera aparición los orígenes y, sobre todo, el diseño del personaje han variado radicalmente, convirtiéndolo en uno de los seres más adaptables y modelables del universo DC.

 

Pura Maldad: Brainiac

Pura Maldad: Brainiac

 

La alteración más radical de su aspecto llegaría con la aparición, en 1983 (y en plena ebullición del fenómeno de los filmes sobre robots que un año después haría que viese la luz Terminator), de la versión robotizada de Brainiac, creada por Marv Wolfman y Gil Kane (curiosamente en el mismo número de Action Comics que ECC ha incluido para una de las grandes historias sobre Lex Luthor). Este nuevo aspecto llevaría asociada una historia mucho más profunda para el personaje, que habría sido derrotado por Superman y, durante su recuperación, asumiría un estado molecular con el cual recorrería el tiempo y el espacio asimilando conocimientos. Esta sed de datos sería a partir de entonces una de las constantes del inteligente villano, como también lo sería su capacidad para replicarse una y otra vez en distintos recipientes adaptados a cada planeta que invadía.

 

«¿Ha merecido la pena, Lex? ¿Ha merecido la pena?«

 

Este volumen de Pura Maldad recoge todas estas historias (aunque erróneamente atribuye el guión del Action Comics #242 que vio nacer al personaje a Jack Schiff, un editor de DC que ni tan siquiera estaba al cargo de la cabecera cuando Binder y Plastino trabajaban juntos) y las enlaza con algunas de las más modernas interpretaciones como son la que nos propondría Joe Kelly en el año 2000 (con un apartado gráfico espantoso) y que habla de otra de las constantes desde entonces del villano: los conflictos entre dos o más de sus versiones y actualizaciones. En relación a esto, echo un poco de menos en este tomo la aparición de personajes como Brainiac 5 o Brainiac 8, dos de las versiones superheroicas del personaje, aunque lo cierto es que incluirlos habría supuesto ampliar sustancialmente el grosor del tomo.

 

Pura Maldad: Brainiac

Pura Maldad: Brainiac

 

Para cerrar el que ya es el quinto tomo de una de las colecciones que más me están gustando de ECC, nos encontramos con la última revisión del mito acerca del origen del personaje. Esta nueva versión de la historia, que data del segundo año del Nuevo Universo DC, retoma gran parte de las claves del personaje de sus primeras versiones (su origen científico, su ‘intelecto de nivel 12’) y las mezcla con algunas de las posteriores como el concepto de la automodificación o la supuesta huida de Brainiac ante una amenaza mayor que él mismo, una justificación muy interesante para su obsesión por el coleccionismo de ciudades embotelladas que llegaría a su clímax con el más que olvidable crossover de Convergencia (gracias por no recopilarlo ECC).

 

Como siempre, este nuevo volumen de Pura Maldad representa una excelente ocasión para echar una ojeada a la extensa historia de DC Comics a través de sus villanos… O por lo menos a través de los de Batman y Superman.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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