Ahora sí, Zeb Zells aparca las cuestiones duendiles para meterse de lleno en Red Oscura, un pseudo-cruce entre Patrulla-X y Spiderman (aunque más bien es una aventura del trepamuros con algunos mutantes como invitados) que en el fondo no es sino un revival de Inferno. Sí, la saga mutante de finales de los 80 que recuperamos hace unos pocos meses.

«¿Os gusta mi canción?«

Un pacto entre el ahora infame Ben Reilly y Madelyne Pryor, actual regente del Limbo, provoca que las huestes de este vuelvan a invadir Nueva York. ¿El motivo? Como ya vimos en el prólogo de la aventura la Reina Duende y Abismo, los clones peor tratados del universo Marvel, quieren lo que es suyo, que no es otra cosa que su identidad. Porque aunque Ben tenga ahora una inquina homicida hacia Peter, lo que le mueve es la necesidad de ser reconocido, de ser alguien por sí mismo y no una copia a la sombra del original.

Desde su primera muerte el viaje de Reilly ha sido tormentoso y trágico, una caída constante que le ha llevado hasta el mismo infierno (el limbo en este caso). Justo el camino inverso del que fuera el patito feo de la spider-familia: Kaine Parker. Este ánimo de Wells por hundir a Reilly (primero en Beyond y luego en estas páginas, ya convertido en villano) responde sobre todo a la intención de llevarlo al punto más bajo para purgarlo del todo y que alguien pueda empezar de cero con él; o bien para enterrarlo definitivamente durante una buena temporada… y que alguien pueda empezar de cero con él. Desdibujado entre continuos vaivenes (ahí de nuevo choca con Kaine, que encontró un sólido camino a seguir), uno lo piensa en frío y pocas opciones viables quedaban por atacar con el personaje.

A su lado la malvada Pryor y los acontecimientos recientes de Nuevos Mutantes (ahí es donde Magick pensó que era buena idea darle el control del limbo). Villana también trágica que guarda muchas similitudes con Reilly y cuyas ambiciones, a pesar de lo desmedido de sus acciones, son idénticas a las de este: ser ella misma.

Sus penas posiblemente se podrían resolver sentados en una mesa discutiéndolo con los Spidey y Chica Maravillosa originales, pero entonces no sería un cómic Marvel. Y ahí es donde entra este remiendo de Inferno. Son muchos los guiños y alusiones a la obra original, aunque llevadas al terreno arácnido y -de momento- con los mutantes en un segundo plano. En su lugar, personajes como Venom hacen acto de presencia, aunque si no seguís la colección de este, su participación se torna extraña y fuera de lugar, pues ni siquiera su motivación tiene relación directa con los hechos que acontecen. En último término, su aparición responde a equilibrar un tanto el escenario y que parezca algo más «arácnido».

Por lo demás, esta primera fase de Red oscura funciona muy bien. Abre la puerta a los diferentes tie-ins (que ya averiguaremos si son o no relevantes) y propone una trama que no da un respiro a nuestros protagonistas. Hay intensas peleas, a nivel de personajes los conflictos están bien armados y el entorno demoníaco permite la creación de situaciones y personajes de lo más variados. Wells sabe lo que se hace y lo está disfrutando.