Panini Cómics nos agasajaba hace unas semanas a todos los lectores con la publicación de una historia largamente esperada por el fandom de la Patrulla-X, una de esas aventuras que marcan época y se quedan en el recuerdo. Inferno, el cruce entre las cabeceras mutantes de finales de los años 80: The Uncanny X-Men, X-Factor, The New Mutants y The X-Terminators, llega a nuestras estanterías dentro de la línea Marvel Gold como parte de la colección de La Patrulla-X (es el noveno volumen de la serie), pero que puede disfrutarse independientemente de esta.
«Los años no te han enseñado nada«
Como buen evento marvelita que se precie, la entrada en Inferno no es traumática para el lector poco habituado a las aventuras de sus personajes. No es imprescindible haberse leído los ochos volúmenes anteriores de la Patrulla-X, ni haberse sumergido en la historia de Nuevos Mutantes. Si es preciso, en cambio, conocer más o menos quiénes son los protagonistas. Es decir, cualquiera que se acerque a Inferno conociendo -por ejemplo- la dinámica de los mutantes en la etapa krakoana podrá disfrutar del evento, pues aunque no tenga muy claras las relaciones entre los personajes por aquel entonces, muchos de ellos le resultarán familiares.
También -como siempre en esta línea- el texto de apertura (firmado en la ocasión por Raimon Fonseca) ayuda muchísimo a poner en contexto tanto la publicación como la historia en sí.
Quizás sea a La Imposible Patrulla-X a la que más cueste cogerle el hilo en un principio, pues su presentación en el crossover está condicionada por la presencia de Mr. Siniestro, quien parece guiar a los lectores a lo largo de un repaso por la situación de cada miembro del equipo en aquel momento. El resto de cabeceras, en cambio, dan la sensación de iniciar sus arcos, por lo que la entrada del lector en sus dinámicas es mucho más amigable.
Sobre el argumento, que tampoco es plan de destripar nada, os podéis hacer una idea de su premisa atendiendo solo al título: en su lucha fraticida por hacerse con el control del infierno, un demonio inicia un plan de invasión de Nueva York para obtener una ventaja sobre su enemigo, convirtiendo la ciudad en un lugar de pesadilla. Teniendo Magik, «la niña oscura», lazos con el Limbo, es normal que los mutantes se vean envueltos en la aventura quieran o no. Pero no solo a causa de ella. Louise Simonson y Chris Claremont (principales artífices del crossover), hilando con las tramas de las series regulares en curso, establecen varios puntos de unión entre las huestes infernales y los mutantes, de tal forma que el conflicto estalla de manera orgánica.
Luego, claro, Inferno tiene (tendría) consecuencias importantes respecto a la citada Magik o al trío Jean Grey – Cíclope – Madelyne Pryor, por mencionar los casos más evidentes. No en vano, Inferno concluye una suerte de trilogía formada por La masacre mutante, La caída de los mutantes y la propia Inferno. El homo superior se encontraba en una convulsa época en la que era complicado tener en gen X.
Hablamos de un cómic publicado entre 1988 y 1989. Hay que tener eso muy presente. Y que el volumen no se limita al crossover en sí, sino que incluye todos aquellos números previos que sirven de prólogo o preparan el terreno al mismo. Es decir, la lectura, sobre todo en sus primeros compases (estamos ante un tomo de nada menos que 608 páginas), puede hacerse un poco cuesta arriba. Sin embargo, a medida que encajan las piezas y se desatan los conflictos el foco se concentra y la aventura gana en emoción y dinamismo.
Además, la época permitía mostrar ciertas imágenes y situaciones que hoy día darían para hilos enteros de twitteros ofendidos. Siendo un cómic de superhéroes con mucho -pero mucho- melodrama, Inferno se permite jugar con tropos del terror más imaginativo y retorcido, haciendo las delicias de los fans del género. Hay un ánimo muy evidente por parte de los autores por jugar con las posibilidades que ofrece un escenario en todo momento cambiante a medida que el infierno invade La Tierra. ¡Hay hasta guiños a Cazafantasmas!, de actualidad también en aquel entonces. Con sus más y sus menos, Inferno es una lectura a tener en cuenta para todo fan del cosmos mutante.
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