A propósito no nos cuadra mejor (o peor) el calendario. Donald Trump toma posesión para su segundo mandato como presidente de EEUU y otro lunático con planes aún más desquiciados es el que copa el poder en las páginas de El Asombroso Spiderman. Alcanzamos ya las 22 entregas de la colección Marvel Saga de Panini Cómics dedicada al trepamuros y lo hacemos con una historia que tiene en Osborn (tanto Harry como Norman) su nombre propio.
«¿¡Has traído el planeador!?«
Ya empezaba a parecer sospechoso que siendo Norman Osborn la gran némesis de Spiderman (lo siento Otto), y ocupando una posición tan destacada a nivel político en la toma de decisiones del país, hubiera mantenido un perfil tan bajo respecto a su inquina con el trepamuros. Sí, con la saga que dio origen a Anti-Veneno le vimos llevando a sus Vengadores Oscuros contra Spidey, pero nos seguía faltando que Norman bajara al barro y se viera cara a cara con nuestro héroe.
Hete aquí que la vuelta al mundo de los vivos de Harry Osborn ha propiciado el esperado momento. Lo hace, además, en una saga escrita por Joe Kelly que publicada pocos meses después de la salida de George W. Bush de la Casa Blanca, parece más actual que nunca. El mundo, como los cómics, parece que sigue una trayectoria cíclica y estamos condenados a ser arrastrados a conflictos y guerras (ya sean militares, comerciales o ideológicas) por el egoísmo de unos pocos.
En esta posición de poder político, de poder real, Norman Osborn parece más demente y peligroso que nunca. El terror del Duende no estaba en la máscara, sino en lo que se escondía tras ella. En los volúmenes anteriores hemos visto alguna que otra cosa, pero solo hemos rascado un poco la superficie, en especial en lo concerniente a su hijo Harry. Es en este volumen donde la apuesta se acrecienta y descubrimos cuáles son los planes de Norman y qué limites está dispuesto a cruzar. La portada del tomo nos permite hacernos una idea de cuáles son los puntos candentes de la aventura sin necesidad de entrar en spoilers: un duelo directo entre el villano y nuestro héroe, Harry tomando una actitud protagonista, el retorno de Amenaza, la presencia de Lobezno y aportaciones tanto del Frontline (diario en el que trabaja Peter), como de su futuro tío, J.J. Jameson Sr.
Como veis, mucha tela que cortar, pero con el Duende y su legado como ejes centrales de una aventura que no se llama Hijo de América por casualidad. Joe Kelly hace un estupendo trabajo con Harry Osborn y la gran carga que lleva sobre sus hombros. El hijo del Duende tiene las manos manchadas de sangre, tanto como su padre, pero siempre se ha escudado en sus debilidades para no hacer frente a su propia vida. En estas páginas el guionista le obliga a tomar partido y asumir el peso de sus decisiones. Hay una reivindicación del personaje, siempre arrastrado por Spiderman y el Duende. Pero ya sabemos qué suele pasar con los personajes secundarios y aunque el recorrido de Harry es muy interesante a lo largo de todo el libro, siempre queda la duda de si perdurará en el tiempo o de cuándo será víctima del bucle infinito de los cómics y volverá a las andadas.
El tomo se completa con un par de historias sin demasiada trascendencia, pero que arrojan estimables detalles en torno al pasado de Peter y su familia y que, si hay algún guionista avispado, pueden dar lugar a futuras aventuras para el trepamuros. Sin olvidar la última historia, un brevísimo relato de Marc Sumerak y Javier Pulido con uno de esos finales que dejan boquiabierto a cualquiera.
Deja un comentario: