Avanzamos con el segundo volumen de Guerreros secretos, ahora sí, de Jonathan Hickman. Después de trabajar estrechamente con Brian Michael Bendis en el primer arco argumental, Hickman coge el timón en solitario de la guerra de Nick Furia en las sombras. Este tomo -publicado por Panini Cómics- presenta una trama cuyos cabos sueltos evidencian lo complejo de la época que vivía el universo Marvel por aquel entonces, sumido en el Reinado Oscuro de Norman Osborn.
«¿Estás seguro de que quieres hacerlo así, Nick?«
Y es que resulta que el eje central de los capítulos que componen este tomo radica en la relación entre Ares y Fobos, no solo un vengador oscuro y un guerrero secreto, o un dios de la guerra y otro del miedo, sino que se trata de un padre y un hijo. Pero claro, Hickman no está interesado en los antecedentes, sino en las consecuencias de las fricciones entre uno y otro, así que poco contexto y explicación vamos a encontrar al respecto en estas páginas.
Otra cuestión conflictiva que encontramos en los primeros capítulos tiene a Viuda Negra como protagonista. Por cuestiones que se mencionan en sus páginas, la espía está en apuros y necesita ayuda. Acuden algunos miembros del grupo a rescatalar y ahí nos quedamos. Ya sea porque esa trama continuaba en otra cabecera, en hipotéticas páginas aquí no incluidas o porque al guionista le dio pereza seguir escribiendo al respecto, lo cierto es que no sabe que sucede con ella. De hecho, llega un punto en que no sería descabellado pensar que dicho plan de rescate ni siquiera tuvo lugar, pues los acontecimientos viran irremediablemente hacia lejanas direcciones que nada tienen que ver con aquello.
La sensación, pues, es de cierta confusión y de distanciamiento. Es cierto que la trama avanza con fluidez y la narración no se enquista; pero la forma en la que se produce la falta de información molesta y lastra bastante la experiencia general.
Y es una pena, porque la dirección en la que apunta la colección es buena. El autor se toma en serio eso de la guerra en las sombras y por momentos viste la colección de thriller es espionaje clásico. Ya no solo hablamos del aroma de las películas que transitaron durante la Guerra Fría, sino de la propia Marvel Comics y relatos más pulp como Conexión Escorpio. En solo un par de volúmenes, a pesar de los problemas señalados, Guerreros secretos ha conseguido algo que algunas series no logran en toda su carrera editorial: tener una identidad reconocible.
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