«¿Tan urgente era esa necesidad que debes raptarme de mi hogar y mi gente?«

Le ha tomado cuatro entregas de las de Panini, pero por fin tenemos un cómic de Thor en el que adivinamos parte de la magia que tanto gusta en derrochar Al Ewing. Toranos está a punto de regresar a la Tierra y Thor sabe que él sólo es insuficiente para detener a un dios tan viejo como las galaxias y tan poderoso como algunas de ellas. Así pues, lo que leímos en El Inmortal Thor #3 (#146) sirve para rearmar al dios del Trueno y lo que nos encontramos en el cómic de este mes sirve para llamar a su lado a sus más fieles compañeros de batalla, aquellos que ya han blandido el martillo Mjolnir en el pasado, para que combatan junto a él a esta amenaza que ha declarado su intención de borrar Midgar del tejido de la realidad.

La primera (y casi la principal) adición al equipo no es otra que Ororo Munroe. Tormenta está algo liadilla con la guerra civil que ha estallado en Arakko, pero el actual Padre de Todos la convoca aún así para una batalla que promete ser más ardua que la que ella está librando contra Génesis y sus ejércitos. Es lo que tiene ser el guionista de ambos personajes, que cuesta menos convencerlos para que trabajen juntos. A la mutante se le unen Bill Rayos Beta (habría sido un delito no contar con él), Loki, que está teniendo demasiado protagonismo como para perderse este sarao, y la Valquiria Jane Foster, porque la sombra de Jason Aaron y su etapa sigue siendo muy larga a día de hoy. Entre todos ellos conforman una nueva iteración de los Thor Corps que ya viéramos en los buenos tiempos de Mundo Batalla.

«¿Quién va a ser, como si no lo supiese…?«

Le da Ewing a este cómic un fuerte empujón de épica con la formación de este grupo, sí, pero sobre todo con la cristalización de los planes de un Thor que ya no puede permitirse ser simplemente un cabeza hueca que se lanza sin miedo al peligro en busca de nuevas aventuras. Sirve también este número para sanar por fin las heridas que la errática trama de Donny Cates abrió entre el protagonista de la cabecera y algunos de sus amigos de toda la vida. Para lo que está por venir más vale acabar con rencillas que no llevaban a ninguna parte y devolver a Thor a sus aliados para poder hacer frente a viejos y nuevos enemigos en una etapa que no ha hecho nada más que despegar con esta entrega y que tiene la ambición de llevar al dios vikingo a cotas hasta ahora nunca vistas.

El Inmortal Thor #4 (#147)

Cierra el número una escena que rompe diametralmente con la historia que se nos está contando y que apunta al futuro de la colección. Regresa un viejo enemigo de Thor que Ewing ya explotara con gusto en su época al frente del Inmortal Hulk y lo hace con una frase y una promesa que parecen querer poner la Casa de las Ideas patas arriba. Sin duda alguna, Ewing tiene grandes planes para la serie del dios del trueno. Esperemos ser capaces de dejar de lado vicisitudes acerca del uso del lenguaje para poder disfrutar de la magia del autor que nos maravilló con su etapa al frente de las historias del goliat esmeralda de Marvel.