«Cometimos un grave error al echarla«
Esto se acaba. La saga, la serie, la etapa y la vida de Brian Michael Bendis como autor de la Casa de las Ideas. Los motivos de su huida hacia adelante son variados y puede que algún día los conozcamos de primera mano (de momento sólo podemos especular con la mano férrea con la que Marvel le ha impedido hacer lo que quería con sus series durante los últimos años y con la más que segura necesidad del veterano autor de cambiar de aires y personajes), pero esta marcha no es óbice para que el de Cleveland se despidiera con una saga a la altura de su leyenda. Sin embargo, con lo que nos estamos encontrando es con que, hasta el final, los tiempos y las formas no están siendo los correctos y Bendis está alargando La Búsqueda de Tony Stark tanto que ya hay personajes que se han hartado de buscar.
Es comprensible. La salida de Bendis sólo puede producirse cuando se produzca un cambio de statu quo fuerte en el planteamiento de la serie y ése no va a ser otro que el retorno del Vengador Dorado por excelencia. Sin embargo, quedan aún varios números para que dicha vuelta de tuerca pueda tener lugar. Primero porque hay que buscar un recambio a la altura (ahora sabemos que será nada más ni nada menos que Dan Slott), segundo porque hay que esperar a que la serie de Los Vengadores termine su arco actual de Sin Rendición y tercero porque el número a partir del cual Bendis se irá ya era conocido y Marvel no va a permitir que la serie de Iron Man esté un par de meses sin publicarse. No cuando es una de las que ingresa efectivo mes a mes.
«Deberíamos llamarnos de alguna forma«
Lo triste es que la consecuencia directa de todo esto es una saga un tanto soporífera en la que lo único que ocurre… es que no ocurre nada. Bendis no está tomando decisiones demasiado drásticas, pues sabe que alguien tendrá que heredar la serie y no es cuestión de hacerle la vida difícil con cosas que no se puedan revertir si no convienen a los planes de Slott, pero aún así no puede dejar de sugerir cosas. Y así vemos fugazmente a Blade, vemos a Riri congeniando con un equipo de supergenios de la tecnología o vemos a Victor von Muerte cayendo, poco a poco en el abismo del que salió cuando decidió convertirse en el nuevo Iron Man.
Lo de Muerte me da especial pena. Su serie me encantó y el hecho de que Bendis lo conserve aquí denota el interés del autor por haberla mantenido viva durante, al menos, una temporada más. Mas ahí le vemos, cayendo cada vez más y más hondo mientras vamos viendo como su otro yo aflora y nos enteramos de las consecuencias de su competencia con Tony por el corazón de cierta investigadora. Cómo acabará todo para Victor es un misterio, pero está bastante claro que, sea como fuere, se acabaron los días de heroicidades para el viejo von Doom. Y oye, quizás eso era algo cantado, quizás todos sabíamos que no se podría hacer con Muerte lo que se hizo en tiempos con Magneto, pero merecía la pena explorar esta faceta un poco más y no le han dejado a Bendis que lo intente. Ahora sólo queda que la Primera Familia regrese de una vez al Universo Marvel para que, por fin, alguien (Reed, ya lo dice nuestro personaje en estos cómics) le vea como realmente es y le hable de igual a igual.
Invencible Iron Man está significando una pobre despedida para un hombre que lo ha dado todo por la editorial de la que se va. Aún quedan dos números y, esperamos, en ellos Bendis tendrá la oportunidad de cerrar SU historia a SU manera. Si no… Pues habrá que buscarle en DC.
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