Eternos #1

Eternos #1: Queridos desconocidos

Eternos #1«Soy eterno, y aún así no tengo tiempo que perder con esto«

 

Marvel lo vuelve a hacer. Ya ocurrió con los Guardianes de la Galaxia, volvió a pasar con el Doctor Extraño y, aunque no acabara bien, ha pasado con los Inhumanos: Ante la inminente (otoño de este mismo año) llegada al cine de los Eternos, la Casa de las Ideas se ha apresurado a sacar una nueva serie de cómics que los vuelva a poner de actualidad y que permita a todos aquellos que aún no les conocen entrar en contacto con estos personajes nacidos de la mente del genial Jack Kirby. Este paso es sin duda alguna necesario con unos personajes que apenas sí han tenido algo de relevancia para la editorial en las últimas décadas y los dos primeros ejemplos que he utilizado antes son también claves de lo bien que se pueden hacer las cosas al respecto. De hecho los Guardianes de Brian Michael Bendis fueron una de las claves de la gran aceptación que tuvo más tarde la entretenida película de James Gunn mientras que el Stephen Strange de Jason Aaron sirvió para que muchos lectores pudieran situar al Hechicero Supremo que llevaba tanto tiempo siendo el actor secundario de otras muchas aventuras.

 

Dejo aparte a los Inhumanos. Y lo hago adrede porque ellos, como los Eternos, llevaban una buena temporada en barbecho cuando Marvel los sacó a calentar y porque ellos, también como los Eternos, constituían por sí mismos una nueva y enorme galería de personajes a explorar, con sus propias reglas, sus propias relaciones entre personajes y sus propios flujos de carisma y poder. El experimento de los Inhumanos, pese a parecerme muy interesante en la mayor parte de su recorrido, terminó languideciendo hasta fallecer en el preciso momento en el que la editorial volvió a apostar por los mutantes (a los que quizás se acabaron asemejando demasiado). Pero también fue culpable de su decadencia la complejidad de unas tramas que no terminaban de estar del todo imbricadas dentro del universo marvelita. Los Inhumanos estaban ahí, pero en el momento en que dejaron de estar nadie pareció notarlo demasiado.

 

«¿En qué modo los peores de nosotros nos definen como especie?«

 

El principal reto al que se enfrenta Marvel con los Eternos es precisamente evitar que vuelva a pasar esto con una serie cuyo salto a la gran pantalla es ya una realidad (de la película de los Inhumanos nos terminó quedando una vergonzosa adaptación a serie televisiva). Para ello han comenzado trayendo de vuelta a Kieron Gillen (que se había ido para triunfar con The Wicked + The Divine y Die, ésta última también publicada por Panini en España) y lo han juntado con Esad Ribic para que, entre los dos, den a luz a una serie que pretende lucir épica a la vez que explora el significado, las funciones y el objetivo vital de estos casi desconocidos personajes.

 

Eternos #1

Eternos #1

 

Es todavía muy pronto para saber si el experimento le saldrá esta vez bien a las buenas gentes de Marvel. Por de pronto tenemos un número que se mueve con solemnidad para presentarnos a una serie de personajes cuyas motivaciones no me terminan de quedar claras. Intuyo que deberemos dejar que este primer arco argumental nos presente a los actores y al escenario para poder meternos, más adelante a profundizar sobre ambos. Pero va a depender también de la rapidez con la que Gillen se meta en harina que esta serie se convierte en un nuevo caso como el de los Guardianes (perennes en el catálogo de la Casa de las Ideas desde 2013) o sí, como ocurrió con Rayo Negro, Medusa y los suyos, la editorial termina barriéndolos debajo de la alfombra. No es poca presión para un autor que nos ha ofrecido maravillas como sus Jóvenes Vengadores entremezcladas con cosas bastante menos… maravillosas.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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