«Pero hoy todo eso desaparecerá y lo que considero vida comenzará«
Por fin llegamos a un verdadero punto de inflexión dentro de toda la enorme saga en la que se ha convertido Caída de X. Mientras los mutantes de la Tierra y Arakko tratan de poner a Orchis en jaque para derribar su poder y recuperar su derecho a estar en la Tierra sin que ello signifique la muerte de humanos, en un lugar más allá del tiempo y del espacio Xavier, Rasputin IV, Rachel Summers y un clon de Siniestro con el aspecto de Cifra han estado tratando de encontrar la línea temporal exacta en la que Moira comenzó su décima vida para, en teoría, prevenirla de todo lo que está por suceder y así evitar el ascenso de Orchis y las distintas cagadas mutantes que han conducido al momento presente.
Sin embargo, y ya a nadie le extraña, el propósito de Xavier y Siniestro es otro y queda bastante claro por la imagen de portada (que aunque sea muy espectacular, obra de R. B. Silva y David Curiel, no deja de estar desencaminada en la edad de ella). Estos dos conspiradores planean simplemente deshacer el poder de Moira desde una temprana edad y así evitar que jamás haya existido la nación de Krakoa. Una solución radical (aún más que la anterior) que, además, se cimenta en los deseos personales de cada uno de estos dos personajes. El caso de Siniestro es claro: Krakoa sólo le ha traído fracaso tras fracaso cada vez que ha tratado de aprovecharla para ponerse por encima de los demás y un nuevo lienzo en el que pintar le brindaría nuevas oportunidades e igualaría algo la balanza con el resto de sus clones. Pero, ¿y el Profesor X?
«Sentirte avergonzada a veces es necesario«
A Xavier hace ya mucho tiempo que se le pasó aquello del sueño. El que fuera durante una larga época el adalid del sueño mutante de aceptación y convivencia con los humanos ha ido sumergiéndose cada vez más en un oscuro pozo de amargura que le llevó, al principio de la Era de Krakoa, a abrazar más o menos las tesis de Magneto de la primacía mutante y, ahora, a querer acabar con todo para que sus muchos errores queden borrados y sean otros los que recojan el testigo de qué hacer y cómo defender a la raza mutante. Ha recorrido en los cómics este personaje un camino muy parecido al de Bestia y (aunque no es todavía técnicamente un villano) ya no se parece en casi nada al señor que acogió a cinco adolescentes con poderes en lo que terminaría por convertirse en una escuela y refugio para mutantes.
Al final del cómic que pone en nuestras manos hoy Panini hay un giro, pero ya nos queda meridianamente claro que no es Xavier en quien debemos posar nuestros ojos en busca de una respuesta y de esperanza para los mutantes. Hay ahora mismo más posibilidades de que Moira salve a los mutantes que de que el otrora protector de los hombres y mujeres X haga algo movido por el puro altruismo.
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