Guardianes de la Galaxia

Guardianes de la Galaxia #23-24: Evolución

Guardianes de la Galaxia«Estamos en casa«

 

Dos cosas necesitaba el personaje de Flash Thompson para estar completo y dar el siguiente salto cualitativo de la mano de los Guardianes de la Galaxia. Por un lado, su armadura viviente, que ya casi era una extensión de su cuerpo y que raras veces volvía a la brutalidad de antaño, precisaba desligarse de, precisamente, su faceta más bestial para poder asumir las características que precisaba el humano al que protegía. Por el otro, el origen de los simbiontes nunca había sido contado al detalle, sí, había bocetos aquí y allá de su expansión estelar, pero la historia estaba plagada de huecos y carecía de motivaciones reales y de una clara significación para la existencia de esta rara especie alienígena.

 

Bendis aprovecha el último número de la actual saga (Planeta de Simbiontes) para poner fin a ambas carencias y, en un tomo con mucho más texto del que acostumbramos a ver en los cómics del guionista, se ventila la historia de los simbiontes, dotándoles de un significado y unas metas muy cercanas a las de los caballeros jedi de la Guerra de las Galaxias y, ya de paso y con la inestimable ayuda de Valerio Schiti, se marca un rediseño del traje de Veneno que ya tendrá ocasión de mostrarnos con todo lujo de detalles en futuras historias del grupo.

 

«Guardianes de la Galaxia, os presento a los Vengadores«

 

El resto del número no da mucho más de sí. La explicación de por qué hay simbiontes buenos y malos y el tuneo de Flash se llevan la mayor parte de las páginas del número de abril, sólo dejándonos la última de todas ellas para que la Capitana Marvel vuelva a hacer acto de presencia en calidad de portadora de la noticia que va a marcar el futuro a medio plazo del heterogéneo grupo de antihéroes.

 

Guardianes de la Galaxia

Guardianes de la Galaxia #23

 

Avanzamos (o más bien retrocedemos, ya que se sitúa cronológicamente antes) entonces a Guardianes de la Galaxia #24, entrega en la que Panini ha decidido integrar los dos primeros números de una de las series nacidas al calor del éxito de la película dirigida por James Gunn. Guardians Team-Up se va a dedicar, como su propio nombre indica, a reunir a los protagonistas de este cómic con los de muchos otros del hiperpoblado Universo Marvel. Se tratará, por tanto, de una serie «menor» en la que los personajes puedan tener aventuras más relajadas al margen de lo que esté sucediendo en la serie principal y sin más consecuencias que la de ir dándose poco a poco a conocer entre la miríada de héroes que pueblan las páginas de la Casa de las Ideas.

 

«¡Os dije que necesitábamos un grito de batalla!«

 

En estas dos primeras entregas Bendis hace coincidir a Peter Quill y los suyos con los Héroes más Poderosos de la Tierra del tío Hickman (sin el «superior» Iron Man y con la nueva Thor y el nuevo Capitán América) en una historia que lleva a ambos grupos a unir sus fuerzas ante una amenaza chitauri. Sí, habéis leído bien, los ‘masillas’ de la película de Los Vengadores de 2012 vuelven a las páginas de un cómic Marvel. Y no son los únicos: Nebula, la segunda hijastra de Thanos (aparte de Gamora), también hace acto de presencia en estas dos primeras entregas caracterizada tal y como la viéramos en la película de los Guardianes del pasado año.

 

Guardianes de la Galaxia

Guardianes de la Galaxia #24

 

Esta nueva serie, que nos encontraremos de vez en cuando en las páginas de la colección principal en España, se caracterizará por permitir jugar con los personajes del equipo a guionistas y dibujantes de toda clase y condición. Sin ir más lejos, Bendis se hace acompañar en su lanzamiento por el grandísimo Art Adams para luego permitir al francés Stephane Roux (al que quizás conozcáis por sus trabajos para Aves de Presa en la Distinguida Competencia) que le ponga punto y final a esta primera entrega. Más adelante Bendis volverá para juntar a Peter, Cohete y los demás con Spidey, pero eso ya será otra historia…

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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