Rainbow Rowell se está ganando a pulso un lugar de honor entre las grandes plumas detrás de las aventuras de Jennifer Walters, Hulka para los amigos. Este segundo tomo publicado por Panini Cómics sigue en líneas ascendente recordándonos porqué nos gusta tanto la gigante de jade.

«¿Tienes algún fetiche raro con la radiación?«

Los cinco capítulos que componen Jen de corazones (She-Hulk #6-10) funcionan como cierre del primer arco argumental. Con vistas a medio-largo plazo (en EEUU ya van publicadas quince entregas) Rowell ha ocupado estos dos primeros tomos a presentar a Jen y a su renovado entorno, lo que incluye no ya su casa y su trabajo, sino a sus aliados… y a sus enemigos.

La guionista ha tirado de aquí y de allá para que todo resulte familiar a los seguidores clásicos de la amazona esmeralda, pero de tal forma que resulte igualmente accesible para todo aquel que llegue de nuevas. Así, uno de los puntos fuertes de la cabecera radica en el tono desenfadado de sus aventuras -aunque sin renunciar al drama- con divertidas tramas abogaciles (la que compete a «Muerte» es especialmente divertida) y haciendo mucho hincapié en el día a día de la heroína y sus relaciones cotidianas. Patsy Walker, Rondador Nocturno, Sota de corazones… ya sea por cuestiones legales o por estrechar lazos son muchos los personajes del cosmos marvelita que se dejan caer por estas páginas remarcando la popularidad de Jen entre la comunidad superheroica.

Y aunque las tramas súper están presentes (la autora debuta en la serie creando a una pareja que promete dar que hablar en los próximos meses), conviene remarcar que el tono de la colección se asemeja mucho al de la adaptación televisiva ideada por Jessica Gao. Jennifer (o Hulka) es quien está en el centro de todo. Importan su vida y sus sentimientos, sus relaciones, sus anhelos y sus dudas. Esta nueva iteración de Hulka es una serie que abraza el corazón de su protagonista.

Y sí, se recupera una vieja buena costumbre que nos la «acerca» mucho más.