«Si es necesario estoy listo -dispuesto- a hacer los sacrificios necesarios«
Tras doscientos cincuenta y cuatro números de introducción, en Imperio #3 comienzan a ocurrir cosas relevantes y, claro, pues tienen que ocurrir muchas y muy rápido por aquello de que en el siguiente número se acaba la historia. Hagamos un breve repaso de lo que ha ocurrido hasta ahora: los cotati (antiguos enemigos de kree y skrull) han lanzado una ofensiva contra la Tierra para hacerse con sus reservas de vibránium y plantar allí una semilla de una planta que permitirá a su líder, Quoi, manipular a su antojo toda la flora no inteligente de la galaxia. Frente a ellos se han posicionado los humanos (faltaría más) y una endeble alianza de kree y skrull capitaneada por Hulkling, proclamado como emperador de la suma de ambas razas alienígenas.
Y ya está. Así pasa, que en este número tenemos a un emperador haciendo sus locuras, una alianza haciéndose añicos, la aparición de un personaje que ayude a salvar el día, una nueva invención del bueno de Tony Stark, una gran batalla a las puertas de Wakanda, una conversación materno-filial que sale mal, una traición inesperada, la muerte de un personaje clave… Y mejor paro ya, porque me he limitado a ir haciendo una descripción muy somera de lo que ocurre cada dos páginas de este Imperio #3, un cómic con un ritmo tan vertiginoso que si hubiera sido el último de la serie tampoco me habría sorprendido demasiado.
«Así que supongo que no puedo morir«
Pero es que tampoco es un cómic que funcione demasiado bien de forma autónoma. Esta tercera entrega depende en demasía de Señores de Imperio, un tomo que ya podéis comprar, pero que no estaba a la venta cuando salió Imperio #3 hace varias referencias a lo que aquí se cuenta (sin palabras ante la decisión de Panini de publicar a posteriori este tomo). Es decir, cuenta muchas cosas, pero necesita de otros cómics para desarrollarlas (el tema de la boda entre dos de los personajes que aquí aparecen también habrá de ser tratado en un número aparte), por lo que apenas profundiza en cada una de ellas. Esto habla fatal del crossover y relega a esta miniserie a un pequeño panfleto en el que se nos llama a leer otras colecciones. Que sí, que hay personajes que van a salir muy cambiados más allá de esta aventura, pero lo mismo pasó con Axis, y aquél fue sin duda alguna el peor crossover que ha parido la Casa de las Ideas.
Termina la entrega de este mes con una afirmación de Tony Stark que me lleva a pensar en la reciente finalización de Iron Man 2020. Con Slott zascandileando por aquí, me resulta hasta esperable que en el último tomo los Vengadores y los Cuatro Fantásticos hayan de detener no uno, sino dos eventos apocalípticos. Y aún sobrarán páginas para otro flashback en el que se nos cuente por qué los cotati fueron los malos desde el principio e hicieron que los kree y los skrull, pacíficas razas al ritmo de kumbayá, comenzaran a portarse como malos vecinos. O algo parecido. Me apuesto cualquiera de vuestros dedos. La única pena es que Al Ewing se haya visto también envuelto en este despropósito.
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