Lobezno #42 (#148): Caída de X

Lobezno #42 (#148). Caída de X: No quiero

Lobezno #42 (#148): Caída de X«¿Queréis decir que la isla está desierta?«

 

Hace unos días, de noche, me iba a ir a la cama y de repente me di cuenta de que estaba enfadado, no, enfadadísimo. ¿Me había dejado algo por hacer? ¿Alguien me había atacado con un rastrillo? No… Y entonces caí: un par de horas antes me había puesto a leer Lobezno #42 (#148): Caída de X. Y la mala leche aún perduraba. De hecho, saber por qué era no hizo sino aumentar mi cabreo. Porque Benjamin Percy y Victor LaValle han golpeado donde más duele y en el peor momento posible y nos enfrentan a un final de etapa (la del primero al frente de esta cabecera) que nos va a revolver las tripas. Y no sólo por el gore (Marvel ha tirado la casa por la ventana en cuanto a las mutilaciones y Panini se queda en un tris de tener que embolsar el invento), sino por la extrema crueldad de un primer número para esta Guerra de Dientes de Sable que a mí, personalmente, no me ha gustado nada de nada.

 

Lo decía en alguna otra reseña hace poco tiempo: con la que está cayendo en el mundo real, estoy un poco hasta los cataplines de encontrarme en la ficción historias que me hacen querer saltar desde un noveno. Los mutantes, que no es que estén pasándoselo en grande, sobreviven como pueden (al menos parte de ellos) en mitad del Polo Norte y mientras Orchis sigue esparciendo odio y mentiras por doquier, en una campaña que ha empezado por los mutantes, pero que pronto se extenderá al resto de héroes, enmascarados o no, que impiden a los buenos villanos de a pie vivir sus vidas según su ausencia de reglas. Con este panorama, lo último que me apetece leer es un cómic en el que Victor Creed se asocia con versiones suyas del Multiverso (copiando descaradamente cierta trama de tintes metaleros de la Distinguida Competencia) para joderle la vida a Logan y, ya de paso, para matar a todos aquellos que alguina vez hayan tenido un vínculo más o menos profundo con el protagonista de esta colección.

 

«Ojalá pudiera tragarme sus gritos y convertirlos en míos«

 

Me vais a perdonar, pero no puedo. En otro momento, quizás al principio de toda esta etapa, habría sido impresionante (quiero decir, olvidémonos de los protocolos de resurrección, o matando simplemente a humanos, fuera de toda posibilidad de regresar). Pero ahora nos condena a leer una historia en la que, pase lo que pase, Lobezno ya ha perdido y sólo se nos va a abrir la posibilidad a que pierda más, peor, o más salvaje. Todo esto como aperitivo (aunque se publicará a la vez) a las colecciones que van a cerrar la Era de Krakoa: de verdad que no entiendo por qué tantísima crueldad.

 

Lobezno #42 (#148): Caída de X

Lobezno #42 (#148): Caída de X

 

Seguiré leyendo esta colección. Sobre todo porque tengo bastante respeto por Percy y quiero creer que hay un plan interesante detrás de todo esto. Quiero creerlo porque la alternativa, que esto sólo sirva para dejarnos a un Lobezno hundido y solitario de cara a la próxima etapa, me llena de pavor. No sólo no se lo merece el personaje. No nos lo merecemos quienes llevamos viéndole dejarse literalmente la piel desde que todo esto de Krakoa comenzó a rodar. Hay descanso y felicidad para todos los mutantes, al menos durante un tiempo, pero nunca los parece poder haber para un canadiense que ya debería estar cansado de seguir luchando.

 

¿Lo veis? Ya estoy de nuevo cabreado.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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