«Tu mente es como una olla a presión«
Sigo sin ver muy clara la necesidad de esta saga para cerrar la larga etapa del Lobezno de Krakoa. ¿No tiene suficiente sufrimiento Lobezno ya con ver a toda su raza masacrada sin que él haya podido hacer nada? ¿No hay bastante con tratar de devolverle el golpe a Orchis al tiempo que trata de darle caza a la versión ida de madre de la Bestia, que sigue tratando de atentar contra la humanidad? ¿Cómo puede encajar entre estas dos grandes tramas una en la que a Logan le maten a casi toda su familia y tenga que irse a cazar a un Victor Creed tan pirado que ni la situación actual de Orchis le importe lo más mínimo? De hecho, ¿cómo narices encaja Orchis en toda esta historia? Pronto los caminos de Creed y Logan van a volver a cruzarse en Krakoa, ¿qué opinará la organización antimutante de todo esto?
Superado aquel primer número de Panini en el que moría hasta el apuntador (Dientes de Sable matando niños por deporte… en serio, qué innecesario), nos encontramos con el clásico cómic de Lobezno, con mucha sangre mucho sudor y muchas lágrimas (manly tears por supuesto) en un ambiente sobrecargado de testosterona. Se nos recuerda de cuando en cuando el pasado que han tenido juntos los dos principales protagonistas de esta Guerra de Dientes de Sable, pero es más un ejercicio de nostalgia para el villano que un regreso al pasado evocador para el protagonista. Creed da la impresión de ser un novio despechado y narcisista que busca recuperar a un Lobezno que hace ya mucho tiempo que murió y fue enterrado, que ha pasado página cuando el propio Dientes de Sable ha sido incapaz de hacer lo propio. Un villano que vive única y exclusivamente para hacer daño al héroe y que no puede existir sin el héroe, porque se convierte en un cascarón vacío. Un Joker, sin el carisma ni la inteligencia del Joker.
«Eso no excusa ni una sola de las cosas que ha hecho«
No. No estoy disfrutando de esta historia. Me parece que esto sí que es un Back to Basics en toda regla (con permiso de Panini): Victor LaValle y Benjamin Percy se están dedicando a tirar de clichés y llevarlos tan al límite como una Casa de las Ideas volcada en la idea de unas líneas un poco más ‘para lectores adultos’ les vaya a permitir. Creo que Logan (y que Creed, qué demonios) son unos personajes lo suficientemente profundos y angulosos como para proponernos toda otra clase de tramas que no giren necesariamente en la carnicería sin cuartel. Me doy cuenta, además, que gran parte de la historia se basa en conveniencias de guión que los autores explotan con alegría y en incoherencias sobre las que pasan con entusiasmo. Creed tan pronto es ajeno a lo que ha ocurrido con Krakoa como tiene en su poder tecnología de Orchis que en ningún momento se nos explica cómo ha conseguido y Quentin es una pieza fundamental en sus planes, pero su presencia en los mismos no podía ser más accidental.
Es decir, tenemos un cómic mal escrito que utiliza cualquier excusa para plantearnos una historia que, en el fondo, ya hemos leído quince-mil veces. Os prometo que comencé esta reseña tratando de ser más benevolente con La Guerra de Dientes de Sable de lo que fui con su primera entrega, pero es que me enciende la sangre y me llena de dudas encontrarme con algo así de duro. No termino de comprender lo que pretenden LaValle y Percy ni la Casa de las Ideas con esto. Habrá que seguir leyendo para ver hacia dónde nos conduce…
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