Los 4 Fantásticos

Los 4 Fantásticos #10-11 (#160-161): La magia de la perspectiva

Los 4 FantásticosDoble tanda de aventuras fantásticas que nos recuerdan una vez más (y ya van unas cuantas) que estamos ante ¡el mejor cómic del mundo! Jack Kirby y Stan Lee estarían orgullosos de lo que está creando Ryan North (con nuestro paisano Iban Coello como principal aliado) en la actual etapa de Los 4 Fantásticos, publicada por Panini Cómics en formato grapa.

 

«Las vidas de un mundo dependen ahora de la clase de universo en el que creemos vivir«

 

Coello, sin embargo, se toma un descanso en Los 4 Fantásticos #10, aunque con Leandro Fernández a los lápices tampoco le echamos de menos. La portada (obra del imprescindible Alex Ross) avisa del tono casi terrorífico que tiene la aventura en cuestión. Tendríamos que hablar, más concretamente, de misterio y de ciencia ficción oscura. ¿Y esto cómo encaja en una serie como Los 4 Fantásticos y en un autor que ha apostado por la aventura desde el principio? Pues encaja porque aquí los imaginautas no son los protagonistas. De hecho tardamos bastante en verles en acción.

 

La clave del capítulo radica en la perspectiva. North plantea una historia narrada a lo largo de varios siglos acerca de una nave, su tripulación y un misterio que amenaza con destruirles. ¿Interesante, verdad? North firma un capítulo que más pronto que tarde engrosará la lista de grandes clásicos de Los 4F y que entusiasmará no solo a los seguidores marvelitas, sino a cualquier fan de la ciencia ficción espacial que se precie.

 

Los 4 Fantásticos #11, por su parte, de nuevo con Coello como dibujante, juega también con la perspectiva, pero no acudiendo a personajes ajenos a la primera familia, sino volviendo a los inicios de la actual etapa, centrando el protagonismo en uno de sus miembros. Y como bien ilustra la portada de Alex Ross, es el sobrino favorito de la tía Petunia quien lleva la voz cantante en este cuaderno.

 

De nuevo otro capítulo autoconclusivo en el que North pone el foco en la aventura de corte fantástico (aquí la granja de los Grimm cae sin remedio al vacío) y en una resolución que subraya las virtudes «ocultas» de sus personajes. Ben demuestra que es algo más que un rudo guerrero y con cierta ayuda perruna (¿tenemos nueva mascota fantástica?) tira de ingenio y pensamiento analítico para salir del atolladero.

 

Pero al margen de la aventura, lo importante de este capítulo es el propio Ben. No olvidemos la circunstancia actual de los protagonistas, alejados de sus respectivos retoños. Ante ese pesar el rocoso personaje está algo más arisco de lo habitual y Alicia, su esposa, no duda en señalarlo. Es ahí donde la perrita coprotagonista, una pequeña westie saca a relucir el gran corazón de Ben Grimm. A nada que tengáis peludos en casa este número os encantará.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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