A falta de grandes sagas o arcos argumentales que pongan a la Primera Familia enfrentarse a lo imposible y luchar por proteger a La Tierra de un final inevitable, Dan Slott está aprovechando estos números finales de su primer año al frente de Los 4 Fantásticos para conocer en profundidad a los Richards y explorar su vida familiar. El guionista hace de lo cotidiano una aventura. Y tanto le da que los imaginautas estén en una misión interdimensional o estudiando para un examen, todo lo muestra con una mirada de asombro y curiosidad que nos cautiva.

«Es cierto, Los científicos despistados son los peores conductores«

Los 4 Fantásticos #11 tiene, precisamente, en algo tan anodino (para la vida de un superhéroe) como es el sacarse el carnet de conducir, el gancho perfecto para construir la aventura. Una de las primeras decisiones de Slott al llegar a la cabecera fue la de covertir a Franklin y Valeria en adolescentes (gracias al relativismo del espacio-tiempo de sus aventuras en el multiverso post Secret Wars), dándoles un abanico de historias mucho más amplio que si siguieran siendo niños pequeños. Las bombas hormonales en las que han mutado desde hace unos meses también ha modificado la dinámica de grupo y la relación del resto de la familia con ellos. En este contexto de humores cambiantes, despertares amorosos y luchas contra el mundo adulto Slott tiene una auténtica mina por explotar. La circunstancia de sacarse el carnet es, pues, parada obligatoria en este proceso de crecimiento y adquisición de independencia por parte de los miembros más jóvenes de Los 4 Fantásticos. Como resultado tenemos una aventura muy divertida en la que el protagonismo recae sobre Valeria y Franklin.

El segundo de los capítulos (Los 4 Fantásticos #12) recupera una trama importantísima para los personajes pero que había quedado aparcada por culpa del siempre inoportuno Muerte y sus planes de dominación global (sea por el bien de Latveria o el suyo propio). Hablamos, claro, de la luna de miel de Alicia y Ben. Y si ya les intentaron amargar el enlace, en su primer viaje como marido y mujer no iba a ser menos. En la dinámica en la que se ha instalado últimamente Slott de recuperar y voltear hitos y personajes clásicos o ya asentados de la cabecera, construye unas circunstancias realmente interesantes para los protagonistas que propician una buena dosis de suspense.

Y de regalo, el cuaderno publicado por Panini Cómics trae una historia de la Fundación Futuro que nos emplaza al arranque de su propia cabecera. Si bien es cierto que la aventura propuesta se queda a medio gas, el potencial que tiene la serie, con la recuperación de los fragmentos del Hombre Molécula como hilo conductor, es muy grande.