Nada como un cómic de Ryan North para estimular nuestra curiosidad científica. No es la primera vez que el autor agarra un concepto o teoría científica para dotar de mayor verosimilitud las fantásticas aventuras de los imaginautas o, como es el caso, para armar un relato a partir de dicha teoría. En ambos casos la ciencia se pone al servicio de la aventura y la fantasía más prodigiosa.
«Los hay a cientos, ¡a miles!«
En esta ocasión partimos de Tea (o Theia) un hipotético planeta que impactaría con la Tierra hace 4.500 millones de años dando como resultado la formación de la Luna. Además de la siempre socorrida Wikipedia, tenéis este artículo de National Gegraphic de noviembre de 2023 acerca de estudios que apuntan en esta dirección. Una interesante lectura si queréis saber más acerca de las bases reales que usa North en sus historias.
Conocida dicha base, ¿qué pasaría si…? El mutiverso marvelita es un campo inmenso abierto a la exploración y la especulación y Los 4 Fantásticos son los primeros en lanzarse a hacer cualquier tipo de descubrimiento que surja de estas hipótesis imposibles. A partir de una de esas infinitas posibilidades la primera familia se adentra en una narración que reclama el espíritu asombroso de sus personajes y su colección, donde lo imposible y lo extraordinario es la normalidad.
Solo así es como se explica la naturalidad con la que surge el amor en estas páginas. Porque si, esta es una historia de amor. Una de esas historias que en cualquier otro contexto y con otros personajes sería imposible. Pero hablamos de los 4F y hablamos de Johnny Storm (¿quién creíais que iba a ser si el resto del cuarteto está emparejado?), así que lo imposible no existe.
Aunque, todo hay que decirlo, North (y Carlos Gómez al dibujo) van al límite en esta ocasión y exigen al público que les conceda demasiado porque por mucho que estemos en un mundo de ficción, la biología sigue siendo la biología y… bueno, ya lo entendéis. Máxime cuando lo que se plantea es un amor de carácter romántico, de lazos afectivos y físicos. Sea como fuere, la aventura sigue al nivel al que nos ha malacostumbrado el guionista: imaginativa como ninguna otra serie en la Marvel actual, muy centrada en el desarrollo de sus personajes y de una estructura tirando a clásica en la que cada número (o cada par de ellos) es suficiente para contar una historia completa. Además, ya metidos en Un mundo bajo Muerte, la historia da algunas pistas de lo que puede estar por venir.
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