A falta de un capítulo encaramos ya la recta final de la publicación de Injustice 2, que echará el cierre en su entrega número #18, arruinando -para bien- nuestras expectativas previas, pues dábamos por hecho que la colección tendría un recorrido mucho mayor, emulando a su predecesora. Tom Taylor y sus editores han tomado la inteligente decisión de no estirar la historia más de lo necesario. Nos quedamos sin cinco largos años de colección (como sucedió en la original) y nos quedamos con un relato que va a lo importante, centrado en preparar el terreno de cara al comienzo del videojuego al que sirve de prólogo.

Hay una diferencia importante entre el marco en el que se desarrollan ambos juegos que explica el diferente criterio a la hora de explorar sus respectivas precuelas comiqueras. Si el primer Injustice presentaba una realidad distópica, muy diferente a la de la continuidad tradicional, que requería y favorecía la reinterpretación de muchos de los hitos del universo DC y alguna de sus sagas más icnonicas, a fin de dar mayor fuerza al relato descrito en el videjouego. De esta forma hacía también más verosímiles las posiciones tan extremas y enfrentadas en las que se situarían Batman y Superman (y sus respectivos aliados).

En Injustice 2, sin embargo, todo eso ya está ahí. El marco temporal es similar, entre ambos juegos hay un lapso de cinco años (los mismos que cubría el inicio del cómic con el primer juego), pero gran parte del contexto ya está descrito. Mientras, el cómic que nos ocupa transcurre apenas unos meses antes de la llegada del enemigo a batir en el segundo videojuego.

Es una jugada bien llevada a cabo, no hay necesidad de repetir esa estructura y seguir rebuscando en sagas y sagas que pudieran llevar a una sensacion de repetición, de agotamiento de la fórmula. La solucion ha sido, así pues, centrar parte del argumento en la llegada de Kara a La Tierra y cómo va formándose una idea de esta realidad en la que su primo ha sido encarcelado y los héroes siguen sin superar sus rencillas. Y por otro, ir preparando las fichas del tablero, asumiendo las consecuencias de la guerra entre aquelos que fueran los principales protectores del plantea y como se reconfiguran sus respectivos equipos ante una amenaza que deben combatir en común.

Ya metidos en harina, el #13 es un número de transición. Se relatan principalmente las consecuencias del combate final contra Amazo y se hace una nueva criba de personajes que no aparecerán en el juego. Y sin más tiempo que perder, Injustice 2 #14 pone en el foco a los Red Lanterns, sedientos de una venganza a la que no van a renunciar y para la que emplearán todos los medios a su alcance. En medio tenemos a Hal Jordan quien, al igual que Barry Allen, está en el camino del arrepentimiento y la redención. En los pocos momentos en los que Taylor se permite explorar el estado anímico de sus personajes y profundiza en su desarrollo es cuando más jugo le saca a este brutal universo. Sin duda, este número #14 es uno de los capítulos más interesantes de la serie.

Encarando la recta final, en los capítulos #15-16, estalla el conflicto entre los Red y los Green Lanterns. Si en otras circunstancias el autor le habría dedicado sus cuatro o cinco números, en esta ocasión tiene que ajustarse a un par de entregas para dejarlo todo dispuesto de cara al punto de contacto con el inicio del videojuego. Así que Taylor aprovecha para seguir aligerando la nómina de participantes y dejar ya algunas de las subtramas del juego encarriladas. En estos episodios la presencia de la dupla formada por Booster Gold y Blue Beetle y de Lobo le da un punto de comedia muy agradecido que Taylor combina de forma eficiente con el frenético ritmo de la batalla que tiene entre manos.

Y así nos quedamos en Injustice 2 #17, recortando algunos flecos de la batalla entre los Lanterns y a solo unos pasos del desenlace de la colección.