«Ahora hay dos grandes guerreros en este país«
Si hay una viñeta que explica a la perfección la principal diferencia entre Batman y Nightwing es esa en la que una niña corre a abrazarle algún tiempo después de que éste la salvara de los demonios que querían llevársela al infierno. Dick Grayson, al igual que su mentor, salva a la cría de un futuro aciago, pero además lo hace con una sonrisa en los labios y con el cariño y la delicadeza necesarios para convertir lo que sería una experiencia traumática en el inicio de la aventura más impresionante para una niña que sólo ha conocido durante su corta vida los tejemanejes de su violento padre. Batman rescata. Nightwing salva. Esto es así en esta etapa, pero lo ha sido también en todas las anteriores, es por ello que Dick Grayson abandonó el papel de Robin para convertirse en algo diferente, pero ligado a un pasado al que está muy agradecido, en el alma del personaje siempre ha residido el ansia por construir algo propio. Algo de lo que sentirse orgulloso y algo por lo que Bruce, su padre adoptivo, también pueda sentirse orgulloso.
Y lo que el personaje está construyendo en Blüdhaven es justamente eso. Es esa pieza que le faltaba a su carrera para que la santísima trinidad deceíta deje de considerarlo el eterno sidekick de Batman para pasar a convertirse en un héroe de pleno derecho capaz de liderar al resto de integrantes de la Liga de la Justicia en casos de necesidad. Esto, que ya se expuso en el número anterior de la serie y que en este sólo ocupa un par de viñetas nada más, pone de manifiesto el crecimiento al que han sometido Tom Taylor y Bruno Redondo a un personaje que, sin dejar de lado todo lo que le caracteriza, ha sabido una vez más asumir una herencia que a otros les habría quedado muy grande.
«¿Algún objeto inamovible contra el que puedas utilizar una fuerza imparable?«
El tomo que nos ocupa hoy es un poco tramposo en el sentido de que es más una nueva aventura para los Titanes que para el renombrado defensor de Blüdhaven, pero lo cierto es que la trama depende tanto de lo acontecido en anteriores entregas de la serie de Grayson que se entiende su inclusión en esta cabecera. Se trata, en cualquier caso, de una aventura ‘menor’ que, sin embargo, busca plantar semillas muy interesantes para eventos futuros (si no mirad lo que ocurre en el infierno o lo que pasa más allá del mismo con esa reunión final entre las versiones civiles de los dos grandes enemigos de esta cabecera). Así, esta Hora de los Titanes funciona como una bisagra entre el relato de triunfo y reconstrucción que se nos ha venido contando y los dos tomos que van a venir a cerrar esta magnífica etapa.

Amanecer de DC: Nightwing #5
Lo que me queda clarísimo es que, termine como termine esta etapa, Taylor y Redondo nos han demostrado que se puede escribir un cómic de superhéroes en clave positiva sin que resulte de ello un relato acaramelado ni híper-positivista. El Nightwing de este Amanecer de DC no es el héroe que muchos esperarían, pero es, sin duda alguna, el héroe que todos nosotros necesitábamos desesperadamente.
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