Se acabó. Dan Slott se despide de Los 4 Fantásticos después de cuatro años al frente de la colección que en España publica Panini Cómics en formato grapa. Cuatro años en los que le ha dado tiempo a hacer prácticamente de todo: desde agrandar la familia fantástica y participar en los eventos de turno, hasta tirar del hilo de una idea loca sugerida por él mismo años atrás (y ni siquiera en esta colección) a partir de la cual gestar su gran historia para la franquicia.
«No cambiaría ni una sola adorable cosa«
El camino no ha sido todo lo plácido que nos habría gustado y en ciertos momentos llegó a haber dudas, pero poco a poco Dan Slott supo cogerle el tono a la serie (era solo cuestión de tiempo) y terminó creando una etapa capaz de satisfacer tanto a los seguidores de Sue, Reed y compañía, como a sus propios seguidores. Por ello nos despedimos con una pizca de rabia porque estamos seguros de que aún le quedaban muchas y buenas historias por contar.
No llegó a explotar todo el potencial de personajes como la Doliente o conceptos como el portal eterno; pero nos regaló estupendas adiciones como los pequeños Nicki y Jo, que han dado una frescura enorme a la dinámica de Ben y Alicia respecto a la familia fantástica. A intentado -con bastante acierto- aportar nuevas ideas a la serie que puedan perdurar en el tiempo a medio-largo plazo; pero al mismo tiempo ha dado marcha atrás respecto a cuestiones que tenían visos de asentarse a fin de preservar los elementos más icónicos de la mitología de los imaginautas. Un equilibrio díficil entre aportar cosas nuevas y mantener el status quo que -puesto todo sobre la balanza- ha ganado el conservadurismo.
Y sorprende dado lo que llegó a retorcer y experimentar con Spiderman (a cuya vida volverá próximamente). Pero hay que tener en cuenta que con el trepamuros estuvo ligado toda una década y que Los 4F representan un ideal (y valores) comparable al de figuras como Superman o Steve Rogers. Hay cosas que se pueden tocar… pero solo un poquito.
Así, en términos generales, la trayectoria de Slott al frente de la cabecera ha sido súper disfrutable, aunque siempre quedará esa pequeña espina respecto a su faceta de fan clásico de los personajes que le ha llevado a desandar interesantes -e impredecibles- caminos apuntados en la etapa precedente. En cierta manera, ha simplificado las cosas. Y aunque durante su etapa también ha buscado sorprender y darle alguna vuelta de tuerca a la serie aquí y allá, en su despedida ha tomado una decisión similar: borrar todo aspecto polémico o problemático para quien le suceda no tenga que hacer frente a más deudas de las necesarias.
Y con esto nos quedamos en el último capítulo de su etapa. Un cuaderno -dibujado por el español Cafu– dedicado a finiquitar tramas y cerrar todos los flecos que pudieran haber. Slott ha disfrutado como un niño junto a la primera familia (igual que nosotros) y se va haciendo el menor ruido posible, a la espera de que algún día sus caminos vuelvan a cruzarse.
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