Se acabó lo bueno. Al menos la faceta «buena» de Victor von Muerte, quien de la mano de Dan Slott abandona definitivamente su objetivo de convertirse en un héroe y vuelve a las actividades vinallescas que le han convertido no solo en el enemigo definitivo de Lo 4 Fantásticos, sino en uno de los personajes más temibles del mundo del cómic.
Ya en los tiempos de Marvel 2 en Uno Chip Zdarsky empezó a dar muestras de la involución del personaje y en estos números que siguen la emotiva boda de Ben y Alicia, Dan Slott (gran fan del personaje) ha acelerado el proceso para devolverle a su posición como némesis de la Primera Familia. Un proceso que lo convierte en el absoluto protagonista de los capítulos que nos ocupan, con Reed y los suyos jugando al compás que marca el ególatra personaje. Si bien es cierto que este nuevo/viejo Muerte sufre un desarrollo un tanto forzado (la huella dejada por Brian Michael Bendis en el personaje ya es cosa de las hemerotecas), en la fe ciega que le profesa el pueblo de Latveria, le ven como un auténtico héroe.
Este arco argumental publciado por Panini Cómics entre los números #7 y #9 de la colección mensual de Los 4F también le da la oportunidad a Slott de jugar con Galactus. Con el retorno de la familia Richards al primer plano editorial era cuestión de tiempo que la entidad cósmica se cruzara en su camino. Lo sorprendente (o no tanto, conociendo como se las gasta el guionista) es que tal circunstancia se diera tan pronto. Y lejos de gastar la bala, Slott planta las semillas del que puede ser el escenario de la colección a medio plazo, no solo con un Muerte cargado de odio y con Sue Storm y compañía en su diana, sino mirando a las estrellas.
La serie sigue con su buen ritmo en cuanto a las historias, pero este esperado regreso no termina de asentarse debido al baile de dibujantes que está viviendo. Una circunstancia que esperemos tenga pronta solución.
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