«Hoy nos reunimos en honor de un galardón aún mayor«

Cuando comenzó toda la locura (en el mal sentido) que ha sido y está siendo la etapa de Jason Aaron al frente de Los Vengadores, se nos prometió una importancia determinante de un concepto que, también en su momento, nos pareció muy molón: Los Vengadores Prehistóricos. La cosa iba tan a tope que hasta se nos prometió una serie exclusiva para estos personajes que debía escribir el propio Aaron y que correría de forma paralela a lo que estuviéramos viendo en cada momento en la cabecera principal. Al final, visto el funcionamiento de la serie que a España ha traído Panini, hubo que bajar los humos y esa supuesta serie se transformó en una serie de capítulos especiales que se han ido insertando aquí y allá para mostrar de dónde viene cada uno de los Héroes más Poderosos de la Tierra Primigenia y para meternos en la cabeza ideas locas acerca del origen biológico de Thor.

Y justo en torno a ese concepto gira la primera parte del cómic de este mes. Aaron consigue por fin que se publique Avengers 1.000.000 B.C., aunque sea a modo de un one-shot. Y lo cierto es que… para lo que nos enseña se lo podría haber ahorrado. El cómic sirve para certificar una vez más que Odín es el dios de los cretinos y que es un narcisista de tal calibre que es capaz de castigar a todo un planeta por una vez hace miles de años en la que una dama lo dejó en la friendzone. Sencillamente espectacular. Pero es que la cosa no termina ahí, sino que sigue con una escena que viene a contarnos que toda la paja mental sobre quién era la madre del dios del Trueno era… pues eso, una paja mental. Al final resulta que Gea y el Fénix eran buenas amigas y que la segunda fue la que le dijo a la primera que Odín molaba mazo mogollón, que para ella no lo quería ni loca, pero para una diosa de Asgard podría ser díver… Madre mía…

«Ahora al fin yace humillado a tus pies«

Y de esto va el número que tenemos en las manos de Los Vengadores. De un entreacto dentro del enorme entreacto que estamos viviendo mientras esperamos a que pase eso de la guerra entre Eternos y mutantes y que Aaron tenga vía libre para ponerse a escribir la que será su última saga al frente de la colección. Hasta la propia Panini ha de admitir (al final de este número) que todo esto se está alargando demasiado, que ha tenido momentos interesantes, como el regreso de Hulka a su ser de toda la vida (para luego desaparecer de Los Vengadores con la misma velocidad que la serie de Disney+ ha desaparecido de nuestras memorias), pero que estos breves fogonazos no justifican cinco años de promesas vacías y tramas que no han llevado a ninguna parte.

Los Vengadores #44 (#145)

Para cerrar la grapa tenemos una entrega más de Avengers Forever que (ay…) sigue con lo de ir reclutando a personajes de cada una de las realidades por las que para para repostar el Piloto Fantasma. En esta ocasión le toca el turno a un Indigno Thor que se mete a Puño de Hierro. Es decir, que cuando llegue la batalla final tendremos un Thor igual al que ya escribiera Aaron hace unos años… pero repartiendo puñetazos. Felicidades por la idea. Me fascinaba más el Samurái de la Venganza que leímos el mes pasado que este señor que, por supuesto, no va a tener ni el menor desarrollo argumental. A seguir acumulando números.