«Ya no hay más mutantes«
Por más que intento meterme en este crossover forzado que se ha sacado de la manga Marvel para tratar de relanzar la tercera cabecera de Benjamin Percy me rechina demasiado que, con la que está cayendo entre los mutantes, veamos a Logan de motero por el centro de los Estados Unidos a la caza de un chaval poseído por un demonio. Sí, vale, la historia mola y la química entre Johnny Blaze y el mutante de las garras de adamántium es chula, pero basta con leer un poquitín sobre Lobezno, su pasado y sus remordimientos constantes para saber que: sí, era lógico que no asistiera a la Gala Fuego Infernal tras su tormentoso abandono de X-Force (a la que terminará regresando en tiempos de necesidad), pero no tiene sentido que lo que haga tras conocer la Masacre Mutante sea irse de viaje con un colega.
Pero es que la inclusión de esta serie dentro de Caída de X no podía ser más forzada. Los comentarios puntuales (y sin apenas peso ni sentido) acerca de la Masacre no hacen sino apoyar la tesis de que fueron escritos con posterioridad a la escritura y corrección del guión, metidos con calzador para que los lectores (que debemos de ser tontísimos) digamos «Ah, mira, pues sí que ocurre esto durante Caída de X» y para que no nos quejemos tanto por la que nos estñan colando con este cruce de series. Personalmente, sentir que los editores de la Casa de las Ideas me tratan de tonto me hace querer acercarme a este cómic aún menos de lo que quería en primera instancia, máxime cuando la primera entrega de este cruce ni tan siquiera llevaba el membrete de Caída de X en la portada.
«Cuando la rabia me encuentra, me convierto en otra persona«
Y escribo esto siendo muy consciente de lo que escribí el mes pasado sobre esta miniserie y con la confirmación, tras la lectura de estos dos capítulos, de que la historia merece la pena y es lo suficientemente oscura y gamberra como para provocar al menos la curiosidad de esa gran mayoría que aún no se ha atrevido a darle una oportunidad a la colección del Motorista Fantasma, que se ha visto obligada incluso a acelerar sus tramas ante su eventual cierre dadas sus escasas ventas, pese a su excelente calidad. Armas de Venganza nos lleva al pasado de ambos personajes, nos devuelve al presente, nos hace viajar por los lugares más oscuros y sórdidos de la América profunda y mete a Orchis y a sus historias en el ajo en una vuelta de tuerca que nos hace levantar una ceja a quienes venimos siguiendo de continuo la serie bimensual y no mutante de Percy.
Quizás el problema sea, simplemente, que estamos en una época complicada, la gente tiene que apretarse un poco más el cinturón que de costumbre y si uno tiene que elegir entre leer la cabecera mensual de Lobezno y una bimestral del Motorista Fantasma, pues se queda con la de quien más conoce. Y si de repente se encuentra con que en lugar de la serie del mutante en su librería Panini ha colocado un cruce con otro personaje del universo Marvel a cinco euretes y medio la grapa… pues apaga y vámonos. Casi mejor invertir el dinero en el primero de los tomos recopilatorios que saca la misma editorial con todas las miniseries satélite de la Caída de X que van a ir saliendo a lo largo del evento.
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