«¿Por qué la Patrulla-X odia y teme las herramientas defensivas básicas con las que los humanos pretendemos protegernos?«

Conforme más años hayáis vivido más probable es que os hayáis encontrado alguna vez en la siguiente situación: Comenzáis un proyecto (lo que sea, desde unas vacaciones hasta haceros un bocata) moderadamente ilusionados y con la certeza de que sabéis lo que estáis haciendo. Al cabo de un tiempo enfrascados en ello os dais cuenta de que había más variables implicadas en lo que estabais montando de las que pudisteis imaginar antes de lanzaros, pero no parece que nada vaya a salir mal. Sin embargo las variables se acumulan (siguiendo con los dos ejemplos que he puesto, vale desde que comiencen a juntarse fechas importantes [un bautizo, un examen…] alrededor de vuestra escapada a que haya que recurrir al pan de molde para vuestro bocata rico en salsa). Y llega un momento crítico (que puede durar días o segundos según el ejemplo) en el que os dais cuenta de que todo se va a desmoronar, pero ya no podéis hacer otra cosa que seguir adelante y daros el batacazo.

Esa sensación exacta es la que produce Patrulla-X #24 (#146): Destino de X. Gerry Duggan se dedica en el cómic que nos trae este mes Panini a seguir colocando piezas de cara a la hecatombe anunciada para la tercera Gala Fuego Infernal (que ya debería estar en tiendas), pero llevamos tanto tiempo viendo venir el desastre que dará pie a la irrupción de Caída de X que lo que produce el cómic no es temor, sino una frustración ligada a la inevitabilidad del suceso que drena las fuerzas e impide, en cierta medida, el disfrute de lo que estamos leyendo. Y ahí es donde surge mi pregunta: ¿es premeditado el ritmo lento y parsimonioso que ha adoptado esta serie? ¿Pretende Duggan hacernos ver llegar el cataclismo que está por anunciar desde tan lejos que lo percibamos como algo sellado a fuego con el destino? ¿U obedece, quizás, todo este dar vueltas al mismo tema a una programación algo deficiente por parte de la Casa de las Ideas? Caigo ahora en que en Estados Unidos la Gala tuvo lugar en junio, pero que la Caída de X ha comenzado formalmente en otoño (Fall en inglés), justo con el comienzo de las clases, y dudo que el asunto sea una mera casualidad.

«El único crimen de esa gente es que hace sentir incómodos a sus opresores«

Tanto si es por el primer motivo como si todo ocurre por el segundo, lo cierto es que este cómic se disfruta poco. Soy muy amigo de los tebeos que sacrifican algo de acción en aras de un argumento más complejo, pero me he descubierto a mí mismo en este cómic queriendo dejar atrás páginas a medio leer, sabiendo, en el fondo, lo que va a ocurrir y el precio de todo lo que está pasando. Nos dicen las gentes de Panini al final de esta grapa que lo que tendrá lugar en la Gala no lo habremos visto venir ninguno, pero dado todo el bombo que se le está dando al asunto mucho me temo que vaya a salir decepcionado de la tercera puesta de largo de los mutantes de Krakoa.

Patrulla-X #24 (#146): Destino de X

Me quedo, sin embargo, de este cómic con dos partes: La primera es el artículo de opinión del Dr. Estasis haciendo pasar a Orchis como las verdadera víctima de la pelea de los mutantes contra la nueva versión de los Centinelas. A nada que tengáis dos dedos de frente vais a odiar el artículo, sí, y eso es lo que lo hace una referencia perfecta a la manera en la que individuos y partidos políticos de cierto palo han logrado presentarse ante nosotros como víctimas de movimientos que ellos mismos han generado. ¿A quién le importa la realidad cuando uno puede manipular fácilmente la opinión de los borregos? La segunda es la conversación final entre Cíclope y Jean Grey. El primero, que se gana una vez más mi desprecio infinito en algunos momentos de este número, confronta auténticas verdades con su hasta ahora pareja y ésta le replica con razones que son igualmente válidas. ¿Cuál es la opinión correcta? Muchas veces no hay una respuesta única. Porque no hay soluciones sencillas nunca para los problemas complejos.