«Mi vida empezó ese día«
Voy siguiendo este manga a la vez en su publicación semanal a través de la aplicación Manga PLUS y con los tomos que pone a la venta Panini cada dos meses y cada vez estoy más seguro de que ambas publicaciones, lejos de pisarse, se retroalimentan. Por un lado, leer episodios semanales de este manga me ayuda a acercarme a la intención original del autor y sus giros al final de cada capítulo son mucho más impactantes si tengo que esperar una semana para ver por dónde va a tirar la trama que si son tan sólo unos segundos hasta el siguiente capítulo. Pero por el otro, y más con un shonen tan complejo y lleno de reglas y negaciones de las mismas por doquier, leer los tomos con cierta distancia con respecto a la historia tal y como se desarrolla ahora mismo sirve para comprender mucho mejor la trama y no sólo eso, sino que ayuda a entender qué es lo que pretende el mangaka en cada momento y me hace sentir más cercano al creador de esta historia… Eso sin mencionar que la edición de Panini queda genial en la estantería.
Undead Unluck, ya lo dice su propio título, va de dos personas, dos personajes, que van creciendo, madurando y aprendiendo a querer al otro a la vez que se quieren a sí mismos. En lo que llevamos leído hasta ahora Andy siempre parecía ser el que salvaba el día, pero luego Fûko se entregó a Under para proteger a su propia organización y cayó sobre ella el peso de luchar contra la criatura Spring en una gran batalla que también sirvió para que Yoshifumi Tozuka nos mostrase su capacidad para meter grandes grupos de personajes sin agobiar a los lectores y dando a cada uno su pedacito de importancia y profundidad. Ahora, en Undead Unluck #12, nos embarcamos en una saga en la que Andy, de nuevo, se pone la capa de protagonista y parte en una misión para salvar a su otra mitad a tan sólo unos meses de que todo el mundo colapse en el Ragnarok.
«Un sueño muy pequeño para alguien como yo«
Si la batalla de Fûko contra Spring fue ‘calmada’ y centrada en el diálogo y en conocer al oponente para poder llegar a quererle, Andy se embarca ahora en un viaje de destrucción salvaje que pega mucho más con su manera de ser. Así, llegamos a verle en este tomo desprendiéndose de sus huesos, su sangre y su piel para poder estar en varios sitios a la vez a través de su habilidad para regenerarse al tiempo que también le vemos acabar con criaturas bastante poderosas sin los miramientos que hubiera tenido al actuar siguiendo los dictados de la Unión.
Así pues, tenemos entre las manos un tomo bastante más movido que el anterior que, con todo, sigue sin renunciar a un estilo diferente de luchar contra los villanos. Un estilo que hace único a este manga dentro de la categoría shonen (si es que podemos seguir utilizando el término para definirlo) y que pasa muchas veces por hacer de las supuestas debilidades de cada uno una fuente de fortaleza. Lo que os decía hace unas cuantas líneas, que Undead Unluck va mucho de lo que pesa el quererse a uno mismo, el aceptarse y aprender a aprovecharnos de nuestros propios puntos flacos a la vez que sacamos provecho de todas aquellas cosas en las que destacamos. Es un manga un poco diferente, pero es un manga muy necesario.
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