El Invencible Iron Man #10 (#155): Caída de X

Patrulla-X #26 (#149) y El Invencible Iron Man #10 (#155). Caída de X: Mucho mejor juntos

Patrulla-X #26 (#149): Caída de X«Sr. Stark, le necesito un momento«

 

Pocas veces ocurre, pero ésta ha sido una de ellas. Conforme han ido pasando las semanas desde que vimos anunciadas las portadas de Patrulla-X #26 (#149): Caída de X y El Invencible Iron Man #10 (#155) la incertidumbre ha ido siendo cada vez mayor. Vale, cierto que Gerry Duggan ha hecho lo imposible por acercar a ambos personajes más allá del nivel físico, con detalles de apoyo, comprensión, caballerosidad… en ambos sentidos que puedan hacernos creer si no en el nacimiento de algo parecido al amor, en un respeto mutuo nacido del conocimiento el uno del otro en algunos de los peores momentos de sus vidas. Pero de ahí a que alguien como Emma Frost se case con alguien como Tony Stark o de que el tipo que se viste de Iron Man acepte en matrimonio a la Reina Blanca del Club Fuego Infernal… Eso siempre han sido palabras mayores y el paso de las semanas, como decía, sólo nos ha permitido lanzar conjeturas e hipótesis que Duggan ha debido disfrutar echando por tierra. Como decía; no suele ocurrir que unas portadas tan reveladoras como estas conduzcan a lo que vamos a leer luego dentro de ambos cómics. Bravo por la Casa de las Ideas y por Panini por traernos este juego a España.

 

Y es que todo el romance que pudiéramos haber llegado a soñar o toda la planificación estratégica que pudimos intuir vuelan por los aires con una escena que tiene tanto de dramática como de jocosa y que Duggan se encarga de analizar desde ambos lados del tablero en cada una de las dos colecciones involucradas (de ahí que este artículo tenga que versar necesariamente sobre ambas grapas). La situación, por más risas que pueda provocar, no deja de ser una demostración de la capacidad que tiene cada uno de estos dos personajes para adaptarse a las circunstancias tal y como les vengan (lo que viene siendo la resiliencia, una de las marcas de la casa de Stark desde hace ya algún tiempo) para más adelante aprovecharse de ellas y jugarlas en su propio favor. Además, y eso es lo que ahora mismo anida en nuestros corazoncitos shipeadores, siempre nos quedará la esperanza de que este matrimonio nacido de la necesidad se convierta en ‘algo más’ para dos personajes poderosos y tan ricos en matices.

 

«Entonces lo haremos por las bravas. Estás maravillosa«

 

Por lo demás, y aunque no lo parezca, la boda de Emma Frost y Tony Stark tan sólo ocupa una breve fracción de ambos cómics. Patrulla-X #26 (#149): Caída de X aprovecha para resolver de una manera mucho más rápida de lo que podríamos haber esperado el tema de la venganza de Kitty Pryde contra Estrella de Fuego, dando a entender que (aunque era necesario aclarar este tema) toda nuestra atención debe estar puesta en la lucha de los mutantes contra Orchis y no en la de unos héroes contra otros (lo cual, para qué engañarnos, es de agradecer). Cierra el número de este mes de la principal cabecera mutante con una nueva entrega de Dark X-Men que, si ya había comenzado flojita, sigue deshinchándose a marchas forzadas y ya da algo de reparo leerla como complemento de la cabecera principal.

 

El Invencible Iron Man #10 (#155): Caída de X

El Invencible Iron Man #10 (#155): Caída de X

 

No se queda atrás la serie del Vengador Dorado (aunque sí que es cierto que ésta le dedica más espacio al bodorrio… y a lo que le sigue) y en ella podemos ver el trato al que se ve obligado a acudir Tony con alguien como Wilson Fisk para tener la oportunidad de plantarle cara al desgraciado de Feilong. También vemos como el nuevo aliado de Tony se ocupa de ponerle escolta al bueno de Rhodey, que bastante tiene con lo suyo. Así, con festejos incluidos El Invencible Iron Man #10 (#155) se disfruta de igual manera aunque no hayas leído su contraparte mutante, pero se entiende mejor y se dispone de una imagen más completa al juntar ambas cabeceras. Tal y como ocurre con las portadas.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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