Superman. La orden de la lámpara negra: Recuerdos fugaces

Superman: La orden de la lámpara negraLa orden la lámpara negra, una pequeña historia protagonizada por Superman aparecida originalmente en Batman: The Brave and the Bold, es recopilada ahora por ECC en un formato de lujo (cartoné, 48 páginas) con el objetivo de ponderar la figura del dibujante de la aventura: Javier Rodríguez.

 

«¿También vuela? Voy a ponerme celoso»

 

El dibujante español es el principal reclamo de este relato escrito por Christopher Cantwell, que por lo demás no pasa de lo anecdótico. Su corta extensión tampoco permite grandes alardes y tampoco parece la intención de sus autores, quienes se sirven del símbolo deceíta para hablar acerca de la fragilidad y fugacidad de la memoria.

 

Es una reflexión enunciada en voz alta, sin más ánimo que el de compartir un pensamiento. No hay intención de afirmar nada de forma rotunda o de convencer de una tesis por su parte. Hay, incluso, cierto deseo de juego, que se refleja en el estilo elegido, mucho más cercano a las historietas clásicas de corte pulp que al predominante en el género súper heroico actual.

 

Al mismo tiempo, sin embargo, es un relato que celebra la cotidianeidad e intimidad existente entre Lois y Clark. Dos iguales que se respetan y se quieren. El primer capítulo, centrado enteramente en ellos, es una delicia. Da igual lo que vaya a ocurrir después, Rodríguez y Cantwell consiguen que queramos quedarnos con ellos en ese sofá, en la comodidad de su casa, escuchándoles charlar sobre cualquier cosa. ¡Ay, qué fugaz es todo!

 

Superman: La orden de la lámpara negra

 

Metidos ya en el meollo, con Clark luciendo la S en el pecho, el argumento abraza todos los tropos pulp de aventuras, que van desde los escenarios exóticos (una guarida escondida en una montaña olvidada) a megalómanos villanos de apariencia no menos exóticas y héroes que apelan al ideal del hombre norteamericano de los años 50. Un contexto en el que este Superman metido a periodista encaja a la perfección. Su desenlace, amargo por desconcertante, es lo que nos devuelve a la actualidad e invita, después de haber participado del juego, afrontar una segunda lectura ya centrados en la citada reflexión acerca de la memoria y los recuerdos.

 

El tomo se complementa con un posfacio (donde Rodríguez evoca su recuerdo de Superman) cuatro páginas de «material adicional» compuestas por una selección de páginas sin acabar del propio dibujante, pero estando reducidas a un tamaño más cercano al de un sello que al de un cromo es imposible apreciar su trabajo.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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