«¿Es que no podían mandar a un asesino atractivo?«

Nos vamos acercando poco a poco a la batalla final y, para ello, hay que ir no sólo colocando a las piezas donde corresponde, sino que hay que hacer que aquellas que habían quedado defectuosas tras la hecatombe de la última Gala Fuego Infernal vuelvan a brillar con la luz con la que estaban acostumbradas. Así, y precisamente hablando de la dichosa Gala, la acción comienza en el faro que ha contemplado la celebración de todas ellas para que seamos testigos del destino del simpático farero que lo ocupase desde antes de la irrupción de los mutantes y de otro invitado al que echábamos bastante de menso desde hace ya un montón de tiempo: Lockheed, el dragón que siempre ha acompañado a Kitty Pryde y que, esperemos, contribuya a calmar un poquito sus ánimos actuales.

Emma Frost hace de hilo conductor de un capítulo que debería ir después de la entrega de este mes de Iron Man (os prometo que sigo sin entender el orden del checklist propuesto por Panini) y, de hecho, la vemos utilizar un juguete muy simpático que le ha regalado su marido de pega (nos va a partir el corazón el final de esta relación). Mientras, y completamente libre de toda consecuencia de su aventura en otros mundos (ese es el nivel de respeto que ha habido con las colecciones limitadas de Caída de X), Magik se cuela en el laboratorio en el que se gestó su ‘filtro antimagia’ para demostrarnos lo afilada que está su espada y, de paso, hacer que Orchis necesite replantearse la cantidad de plazas que cede a minusválidos en sus aparcamientos. Y donde hay una masacre de soldados de Orchis tiene que haber una Gatasombra enfurecida, así que ya tenemos el prometido reencuentro de las dos grandes amigas. Otro ladrillito para construir la recuperación mental de ambos personajes de cara al final de este arco.

«Ya, vale, juguemos a aplasta la Moira«

No me malinterpretéis, pese a la guasa, lo cierto es que he disfrutado bastante con esta entrega de la Patrulla-X. Sienta bien leer un cómic en el que, para variar, son los mutantes los que reparten estopa en lugar de recibirla (o de quedar en unas tablas que no alegran a nadie). Y además me mola que se recupere a personajes cuya pérdida de poderes sólo obedeció a una necesidad argumental o que, simplemente, alguno de los autores de turno decidió que era un coñazo incluir en cada viñeta o en cada historia. La batalla que se aproxima tiene pinta de ir a ser, como mínimo, muy divertida de leer y cada vez nos quedan menos cabezas por cortarle al monstruo en el que se ha ido convirtiendo Orchis desde su presentación, hace unos años.

Patrulla-X #32 (#155): Caída de X

Cierra la entrega un nuevo capítulo de Dead X-Men en el que… ¿pasa algo? No. Falsa alarma. Sigue sin ocurrir nada que justifique el engorde artificial de esta grapa por parte de la editorial española. La cabecera que escribe Steve Foxe podría desaparecer de un mes para otro y ni tan siquiera nos daríamos cuenta… Y esto es muy grave, porque implica que es una serie con muy poco por decir y que, además, se ha visto alargada artificialmente para poder casar con la duración de la fase final de este evento. Da auténtica pereza leer cada nueva entrega de este entremés insípido.