«Esa forma de pensar es lo que os hará perder«
Me esperaba otra cosa cuando vi hace meses esta portada como parte de lo que estaba por venir al rincón marvelita de Panini. Me esperaba a algún advenedizo, a alguien infiltrándose en la órbita mutante para hacer las veces de un héroe al que nadie conoce, pero que se nos obligaría a aceptar, como ha ocurrido tantas otras veces (con mejores y peores resultados). Y, sin embargo, hay algo que, desde la primera viñeta, nos hace replantearnos la cuestión. Quizás sea por eso que Gerry Duggan tarde bastante poco en comenzar a quitar los velos que nos impiden ver la verdad detrás del Capitán Krakoa, aunque no sea hasta las últimas páginas de este cómic cuando de verdad veamos qué es lo que oculta esta intrigante nueva presentación.
Durante la parte central de éste Patrulla-X #6 (#125) tenemos una historia verdaderamente interesante. Feilong, el humano milmillonario al que los mutantes quitaron el mérito de ser el primer humano en pisar Marte (al menos de forma oficial, los Vengadores ya lo tienen trilladísimo), sigue empeñado en reclamar el planeta rojo para la humanidad y en esta entrega de la colección hace un movimiento inesperado, audaz y sumamente interesante que se sigue enmarcando en la nueva realidad de los mutantes como una potencia mundial a la que el resto de los países de la Tierra tratan como se trata en la actualidad a los estados Unidos o a Rusia: con adhesión, con temor o con clara oposición.
«La edición de mañana no es precisamente periodismo de investigación«
Como vemos por los dos temas que trata el cómic, Inferno no está teniendo ningún efecto directo sobre las tramas de Duggan. Más bien al contrario, ya que de lo que leemos en estas páginas se sobreentiende que el Consejo Silencioso ha tenido que estar tomando decisiones bastante controvertidas en aras de salvaguardar los secretos de los mutantes en la Gran Manzana. El tema de Orchis y Feilong, si no me equivoco, quedará para que Al Ewing haga con ello lo que quiera en la serie de Patrulla-X Roja que heredará al equipo detrás de S.W.O.R.D. Sobre todo porque, en caso contrario, poco margen de maniobra le va a quedar al guionista de una de las mejores etapas de Hulk para contar sus propias historias en la superficie del planeta Arakko.
Volviendo al Capitán Krakoa, y para cerrar este artículo con una estructura similar a lo que Duggan plasma en este número. Vemos como la decisión del Consejo Silencioso se cobra una víctima moral en todo este asunto. Las indagaciones de Ben Urich, tal y como suponíamos, son muy peligrosas y los gobernantes de la nación mutante toman una decisión tan controvertida como peligrosa a largo plazo. La rectitud moral de los mutantes comienza a quedar socavada dentro de sus propias filas y los secretos, como ya nos contó aquel crossover de Pecado Original, terminan por convertirse en trampas en las que sólo caen quienes deciden guardárselos para ellos mismos.
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