Patrulla-X Oro #64-2

Patrulla-X Oro #64-2: Refrescante y cotidiano

Patrulla-X Oro #64-2«Informa a nuestra benefactora…«

 

Ya lo decíamos el mes pasado, la Patrulla-X Oro viene con la intención de convertirse en la serie mutante de referencia y, al mismo tiempo en una colección que rescate las sensaciones que teníamos de pequeños cuando hojeábamos las páginas de los cómics de nuestros hermanos mayores. Queda patente con los dos números en uno que Panini nos ha dejado ver de su calendario de publicaciones de septiembre. El equipo de Kitty vuelve a enfrentarse a una Hermandad de Mutantes Diabólicos y, ante el anacronismo de un nombre que ya ha perdido todo su significado, Guggenheim se saca de la manga un ‘malo final’ que no sorprende al seguir al pie de la letra el mismo esquema que él mismo anunció con el primer número de la cabecera mutante.

 

Digo que el nombre de Hermandad de Mutantes Diabólicos es anacrónico por una sencilla razón. Desde hace ya años (puede que los acontecimientos de Genosha fueran determinantes en este aspecto) aunque sigan quedando mutantes diabólicos y malvados y algunos de ellos se dediquen a robar mientras otros tratan de conquistar el mundo, los bandos mutantes han quedado claramente definidos no ya entre buenos y malos, sino entre quienes tratan de hacer realidad el sueño de Charles Xavier de una convivencia pacífica con los humanos y los que abogan por la imposición de la fuerza para acabar con las agresiones de los sapiens sobre los homo superior.

 

«Sacad conclusiones. Yo lo he hecho«

 

Este hecho, unido a algo que leí el mes pasado en palabras de la villanesca Lydia Nance, me provoca una reflexión que no creo que os haya pasado desapercibida a muchos de vosotros. Decía esta mujer algo así como que se apiadaba de lo que los mutantes les habían hecho a los inhumanos. Veamos. Está claro que Guggenheim le atribuye a este personaje un discurso de odio como el que ya han tenido otros personajes de las colecciones mutantes en el pasado y es por todos conocido que esta clase de razonamientos suelen incurrir tarde o temprano en las contradicciones. Aún así, me resulta chocante desde hace ya un par de años que los mutantes sean los que hayan de preocuparse por el odio y la mala imagen que generan mientras que los habitantes de Nueva Attilan son, en el peor de los casos, tratados como extranjeros, sin que el odio racial llegue a presentárseles como un problema. Veo una incongruencia ahí. Tenemos a dos especies básicamente idénticas que sólo se diferencian en el modo de obtención de sus poderes y el trato que recibe cada una dentro del universo Marvel es diametralmente opuesto.

 

Patrulla-X Oro #64-2

Patrulla-X Oro #64-2

 

Volviendo al número de este mes, me quedo con una imagen que me ha dado ciertas esperanzas y que es la que podemos ver sobre estas líneas. A lo largo del último lustro se le ha dado una especial importancia a la participación de algunos de los estudiantes dentro de las tramas de mayor calado. Jason Aaron fue el que más incidió sobre esto con su Lobezno y la Patrulla-X, pero posteriormente también se lo hemos visto a Jeff Lemire con esa maravillosa aventura que tuvo lugar con motivo de las Guerras de Apocalipsis. Marc no se olvida de este detalle y cerca del cierre del primer arco, a modo de clarísima declaración de intenciones, nos muestra a personajes de estas dos etapas (la Chica Tiburón, Génesis…) e incluso anteriores (Alud o Camaleón, que tan importante fue también para Lemire). Sólo espero que la declaración no quede ahí y que veamos a las jóvenes promesas (Nydo, te echo de menos) demostrar todo su potencial ahora que Marvel Generations está a la vuelta de la esquina.

 

Por último, añadir que en esta entrega nos despedimos del genial dibujo del no tan genial Ardian Syaf para reencontrarnos con el arte de R. B. Silva, un dibujante que, personalmente, no me convence tanto como el del anterior, pero que probablemente no se pondrá a jugar con polémicas sobre la religión y la nacionalidad como sí ha hecho su antecesor…

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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