«… justo entre sus costillas irrompibles«
Pasarán los años y la gente tendrá en sus estanterías la etapa de Jeff Lemire al frente del Viejo Logan como una de las mejores que se hayan escrito nunca sobre el mutante de las garras de adamántium. Hoy, con El Viejo Logan #80, cerramos su paso por la colección (y ya de paso por Marvel) a la vez que damos fin a un arco argumental (Vidas Pasadas) a través del cual Logan por fin tiene la oportunidad de pasar página y enfrentarse a lo que le queda de vida con algo de esperanza sobre sus cansados hombros de luchador.
El volumen que tenemos entre manos sigue llevando a nuestro protagonista de salto en salto a través de su intensa y variada vida tras haber caído en las garras del villano Asmodeus. Tras haber pasado por sus primeros tiempos como mutante y por su nefasto paso por el programa de Arma X, Lemire le lleva en El Viejo Logan #80 a revivir la temporada que pasó en Madripur y, previo paso por una de sus felices etapas en la escuela de Westchester, el autor descubre sus cartas al depositar a Logan, por fin, en los Baldíos.
«Una parte importante de mí chilla que me marche ahora. Que no vuelva«
El golpe no por esperado es menos doloroso. Lemire se ha dedicado a lo largo de su corta estancia en la cabecera de recordarnos cómo era la vida de Logan en ese territorio y a profundizar en sus lazos con los miembros de la familia que allí creó y que vio morir a manos de la estirpe de los Banner. Su regreso a este escenario escuece como un chorro de agua oxigenada sobre una herida abierta e infectada. Duele, pero es en cierto modo curativo, ya que permite a un personaje tan atormentado como este disponer de un momento real a partir del cual despedirse de todo cuanto quiso y emprender un nuevo camino. Jeff es sumamente cuidadoso y delicado a la hora de escribir estas páginas en compañía de Eric Nguyen y el resultado es uno de los cierres más emotivos y perfectos que le recuerdo yo a una serie de Marvel. Puede que un grande se nos vaya de la editorial, pero ello no significa que no sepa como cerrar sus historias con elegancia.
El Viejo Logan de Jeff Lemire ha sido algo más que una continuación de lo que leímos en 2008 a manos de Mark Millar. El autor ha sabido rellenar los huecos de aquel magnífico relato para dotar al personaje de una solidez y un futuro que le permitan sobrevivir a la vorágine del mundo editorial de hoy en día. Así, ante la eventual vuelta del Lobezno de toda la vida (a saber cómo le sacarán de su prisión de adamántium), el Viejo Logan podrá seguir existiendo, tal y como han hecho los mutantes de la Patrulla-X original que Brian Michael Bendis se trajo del pasado. Desde aquí no nos queda sino agradecer a este grande su paso por la Casa de las Ideas y desear ferviente mente que en un futuro vuelva a volcar su tremendo genio en nuevas historias sobre nuestros personajes favoritos.
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