El segundo volumen de Reinado de X de Panini Cómics incluye (siempre según la numeración original USA): Nuevos Mutantes #14, Merodeadores #16, Excalibur #16, X-Force #15-16 y Patrulla-X #17. Y ya, salvo Excalibur, todas las series miran al futuro.

«¿Té para la reina de mi corazón?«

Como no podía ser de otra manera, Excalibur no puede seguir adelante hasta que no se resuelva la cuestión de Betsy. Con la Capitana Britania desaparecida (recordemos que acabó convertida en pedazos de vidrio en el transcurso de X de Espadas), el resto del equipo tiene por misión descubrir cómo traerla de vuelta. El problema -para ellos- es que van a ciegas, pues tampoco pueden contar con la ayuda de Apocalipsis, quien ha dado un paso al lado para volver con su familia. Sabemos que volveremos a saber de él, cuándo y dónde son las preguntas a responder. Pero si el sorprendente final del capítulo es muestra de lo que está por venir, no vamos a echar de menos al antiguo villano. Al menos a corto-medio plazo.

Quien tampoco echaba de menos a cierta reina es Sebastian Shaw, cuyos terribles actos cometidos antes de X de Espadas ven aquí saldadas sus consecuencias. Emma y Kate hacen valer su poder para llevar a sus Merodeadores a lo más alto. Sin perder de vista el pasado reciente y cobrarse la venganza pertinente, la Reina Blanca ya empieza a preparar la que será la gran cita mutante de aquí al futuro desenlace de la etapa krakoana.

Respecto al resto de series, en Nuevos Mutantes la guionista Vita Ayala está planteando una interesante trama centrada en los más jóvenes mutantes con la sibilina amenaza del Rey Sombra cerniéndose sobre los infantes mutantes. Ver a un adulto engatusando y manipulando a menores es poderosamente perverso -e incluso incómodo. Que sea ficción no lo hace más digerible.

Mientras, en X-Force se estrechan los lazos con Lobezno (no en vano ambas cabeceras están escritas por Benjamin Percy) y la cuestión vampírica. Sin olvidar tampoco devolver el foco a Bestia y su señalamiento público a un Coloso que solo persigue un poco de paz y alejarse de la histeria que acompaña a sus aliados.

Por último, la Patrulla-X de Jonathan Hickman viajamos en dos sentidos. El evidente es el que hacemos junto a Cíclope y los suyos hasta el imperio Shi’ar, localización ya visitada por el autor en su breve estancia en Nuevos Mutantes (en tiempos de Amanecer de X). El segundo tiene un carácter más emocional, pues el dibujo de Brett Booth apela inequívocamente a la estética del cómic de superhéroes de los años 90. Y un poco de eso hay en una trama que podría resonar más adelante en SWORD dado su componente galáctico.