Pues al final no andábamos nada desencaminados. En el anterior post especulábamos acerca del porqué de la actitud apocada de Wakana en un momento que pedía a gritos felicidad y alegría. Y mira por donde, el tímido personaje es un libro abierto no solo para Marin, sino para nosotros también.
«Con Kitagawa nunca se sabe«
El caso es que en este tomo #14 se resuelven prácticamente todas las derivadas surgidas del cosplay de Haniel. Queda la relativa al mundillo editorial/profesional del mundo del cosplay, pero Shinichi Fukuda ha fijado su atención en el malestar de Wakana y en cómo este afectaba a su relación con la risueña Marin. ¿Era para tanto? Absolutamente. Tanto como para que -hablando como enamoradizos fans- esas páginas finales que retoman las consecuencias de la Comiket nos hayan estorbado. Nunca hay suficiente de Marin y Wakana.
Este es, quizás, el tomo más intimista que nos ha dado Fukuda hasta la fecha. La pareja protagonista se desnuda y verbaliza algunos de los sentimientos que llevaban tiempo queriendo decir, pero sin saber cómo. Y sí, ya sé lo estáis pensando, pero a estas alturas es imposible hablar de la obra sin caer en revelaciones, por más que intentemos ser crípticos o sutiles… porque todos sabemos de qué estamos hablando. Y es tal la importancia que, a diferencia de la que suele ser la tónica de la serie, no vamos a encontrar trucos, tips o consejos sobre el mundo del cosplay. Por primera vez desde que arrancara la colección el cosplay no importan.
Solo importan Marin y Wakana.
¡Ay! Que bonito viaje nos está regalando Fukuda, pero qué pena que vaya a acabarse. La dinámica de la serie no permite pensar en otra cosa que en un final a corto plazo. ¿Uno? ¿Dos tomos más? Pero no mucho más. La historia ha estado tan acotada a la declaración de amor de cualquiera de ellos que, llegado el romántico momento alargar la serie puede ser contraproducente. Todo es posible, pero una vez se resuelva la subtrama del cosplay de Haniel y que dos o tres personajes más pongan la misma cara de sorpresa del abuelo de Wakana al descubrir que aún no eran pareja, ¿qué queda? Ya tendremos nuestro final feliz.
Igual de importante que dar con una premisa o unos personajes cautivadores, es saber cuándo poner el punto y final. Wakana y Marin lo merecen.
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