Asentada ya como una de las series más interesantes del catálogo de Panini Manga, Sexy Cosplay Doll encara su sexta entrega dando toda una lección de valores y tolerancia, más necesarios que nunca en un clima social de crispación permanente por cualquier nimiedad. Shinichi Fukuda muestra una conciencia que ojalá transmita a los lectores.
«¿¡Se puede saber por qué te da corte!? ¡Si no son de verdad!«
La «excusa» de divulgar acerca del cosplay y toda la cultura que existe a su alrededor (no faltan consejos, trucos e información) permite a Fukuda abordar interesantes cuestiones que nos afectan a todos, especialmente a los más jóvenes, quienes se encuentran en un periodo vital lleno de dudas y en el que la autoestima puede marcar la diferencia entre una adultez sana y otra llena de complejos e inseguridades.
Fukuda presenta en este tomo a Amane, un chico al que le gusta vestirse de personajes femeninos y a quien conocen Marin y Wakana conocen en un evento de cosplayers. Cuestión que aborda con muchísima naturalidad, pero atendiendo también a los recelos -causa de los prejuicios- que pueden darse en algunas personas. Es interesante porque no esconde que una parte de la sociedad es obtusa de mente, pero su mensaje es el que lleva defiendo desde el arranque de la serie: vive como seas feliz y si alguien se moleste, que se lo haga mirar.
Esta es una lección que Wakana sigue aprendiendo. No es fácil sobreponerse al qué dirán y el ruido externo, pero a medida que evoluciona su relación con Marin (quien no duda en sacarle de su zona de confort a cada mínima oportunidad que se le presenta) y conoce a gente como Amane, va aprendiendo a querer(se).
¿Y cómo va la relación de los casi enamorados? Sin prisa pero sin pausa. Hay poco avance respecto al romance, como sucedía en el tomo anterior. Al menos en lo que respecta a la percepción que tienen nuestros protagonistas, porque de cara al exterior… El divertido cliffhanger con el que concluye el presente volumen promete recalibrar la relación entre nuestros tímidos enamorados y nos invita a releer lo que ya conocemos tomando cierta distancia respecto a ellos. Y aunque el contexto sea diferente, el tema siempre es el mismo:las apariencias y lo que asumimos no siempre van de la mano.
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