«Ni siquiera sabes que estoy aquí«

El mundo del cómic está lleno de apuestas arriesgadas. Cada cierto tiempo las viejas estructuras dejan de funcionar como deberían y llega el momento de probar cosas nuevas. Nuevos enfoques y nuevas situaciones que permitan a la serie de turno renovarse y recuperar la frescura antes de volver a las viejas formas y los argumentos de toda la vida. Dicho de una manera que nos permita enlazar esto con la situación actual de la Casa de las Ideas, cada Marvel Legacy necesita de su propio Marvel Now! que nos permita ver a los héroes de siempre bajo nuevas perspectivas.

El tema es que cada vez que uno se pone a experimentar está haciendo una apuesta, que puede (o no) funcionar. Y no valen las medias tintas, porque eso sería igual que no hacer nada, sólo sirven las apuestas verdaderamente arriesgadas: poner a Lobezno de director de una escuela, hacer que Jane Foster recoja el manto de Thor, que Amadeus Cho haga lo propio con el de Hulk… o que Otto Octavius, el eterno enemigo de Spiderman, intercambie su mente con la de Peter Parker justo en el instante previo a su muerte, esquivando a la parca y heredando los poderes y la situación del trepamuros como héroe neoyorkino, Vengador y genio creativo.

«¡Ahora puedo pasar a nuevas conquistas!«

Ocurre que estas apuestas pueden salir genial o hundirse en el olvido si no tienen un buen capitán a bordo. Sin alejarnos de la órbita arácnida, poco antes de que comenzara a publicarse el cómic que nos ocupa hoy, Marvel trató de crear un nuevo sidekick para el Hombre Araña (ya había funcionado genial en el pasado con personajes como Punisher, aunque éste fuera un antagonista para el héroe) llamado Alpha y que contaría con serie propia a las manos de Joshua Hale Fialkov. El fracaso fue tan sonado que se habla de él como «el gran error». Por eso, cuando Dan Slott decidió acabar con la vida de Peter Parker y hacer que uno de sus mayores enemigos asumiera su identidad sonaron todas las alarmas dentro del fandom del personaje. ¿Qué recorrido podía tener esta trama? ¿En serio podía mantenerse la mascarada durante algo más que un arco argumental? Tras el monumental fracaso de su anterior apuesta (Alpha nació también de la mente del propio Slott), los lectores estaban aterrados.

Spiderman Superior: Mi Peor Enemigo

Sin embargo, la editorial mantuvo una fe ciega en el guionista. E hizo bien. Porque Slott tenía muy claro qué es lo que quería y hacia dónde planeaba llevar las cosas. Con el paso del tiempo fue profundizando en un nuevo personaje (porque Otto con los poderes de Peter no dejaba de ser algo nuevo y buena prueba de ello es la nueva serie que ha comenzado a llegar hace poco a nuestro país) hasta que dejamos de ver al antiguo Doc Oc como el persistente villano que conocíamos. Mejor aún, nuestro concepto sobre lo que era y lo que significaba ser Spiderman se enriqueció a través del cambio. Una apuesta arriesgada, sí, pero una en la que el premio nos invitaba a jugárnoslo todo.

Ahora Panini reedita toda esta etapa a través del coleccionable Marvel Saga, permitiéndonos volver a leer estas aventuras a quienes las vivimos hace seis años y descubrirlas por vez primera a todos los que no tuvieron la suerte de tenerlas en sus manos allá por 2013. Aunque sería recomendable que os leyerais el volumen anterior de las aventuras del trepamuros para ver cómo se llegó a esta situación, este primer volumen de Spiderman Superior es completamente disfrutable de forma independiente. De la primera a la última página.