He aquí una confesión. Por momentos, la lectura de Spidermen II se me ha hecho bastante dura. El saber que esta sería una de las últimas historias que Brian Michael Bendis nos regalaba en la Casa de las Ideas (en el futuro más inmediato lo disfrutaremos en DC Comics… aunque no será lo mismo) y que en ella contaba con dos de sus (nuestros) personajes más queridos, lo hacía aún más emocional. Una etapa está llegando a su inevitable final. Spidermen concluyó con la promesa de que los caminos de Miles y Peter volverían a cruzarse. Las Secret Wars y la frenética actualidad impidieron durante demasiado tiempo que este reencuentro se produjera antes. Pero la espera ha merecido la pena, y Brian Bendis nos ha regalado una espléndida despedida que nos recuerda porque queremos tanto a este guionista y a sus personajes.
En estos dos últimos números el guionista (que se acompaña no solo de Sara Pichelli, sino de Mark Bagley) demuestra una vez más cuáles son sus puntos fuertes y por qué es uno de los autores más reputados del sector. El misterio en torno al otro Miles se resuelve por fin, y lo hace dejando tras de sí a un personaje compeljo, con muchos matices. Lejos de ser una versión atrofiada de «nuestro» Miles, es un personaje con entidad propia, que no solo despierta una enorme empatía entre los lectores, sino que humaniza a una figura tan temible como Kingpin y da una interesante perspectiva a la situación del Miles arácnido dentro del universo Marvel.
No olvidemos que Spidermen surgió como una forma de poner en contacto a la Tierra-616 (la de toda la vida) y la Tierra Ultimate antes de que las Secret Wars dieran paso a Tierra Primordial, la Tierra actual, formada a partir de aquellas dos realidades. Ahora bien, Reed Richards y su familia decidieron no regresar para reconstruir el multiverso, Peter y Miles (a diferencia de la plana mayor de los héroes marvelitas) son conscientes de que esta no es exactamente la realidad que conocían y en los últimos meses han aparecido personajes como Jimmy Hudson, provenientes de la extinta realidad Ultimate. En este contexto Spidermen II presenta algunas claves para arrojar algo de luz al respecto y, al mismo tiempo, para rendir tributo a este universo Ultimate que tantas alegrías le dio a Bendis y a todos nosotros.
Entendiendo esta miniserie como su despedida de Marvel (aunque aún nos quedan algunos números de Spider-Man o de Defensores para que tal despedida sea ya real a todos los efectos), Bendis ha procurado remarcar la idea de que aunque él se vaya, el universo marvelita sigue ahí y que el futuro promete y mucho. el guionista se preocupa de ofrecer a quien le suceda la oportunidad de empezar de cero, de coger las semillas que ha plantado para expandir y explorar un mundo entero por escribir. Este es su regalo y su legado.
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