Veneno #10 (#58)

Veneno #10 (#58): Dos pi erre

Veneno #10 (#58)«Y ahora nos quitamos las máscaras, Eddie Brock, y nos vemos tal y como somos de verdad«

 

Lo siento muchísimo por aquellos a los que les pique. Pero este número me ha parecido genial. Me parece, de hecho, que por fin estamos viendo al Al Ewing que esperábamos y que se ha tomado con calma prepararlo todo para el viaje que nos quería proponer. Veneno #10 (#58) supone el cierre de todo lo que se nos ha venido contando desde la primera entrega, marca la tercera entrega seguida de Ewing al frente de la serie (el mes que viene regresa Ram V con Dylan) y nos ofrece un giro con la suficiente enjundia como para lanzar a toda la serie en una nueva e interesante dirección. Y, sobre todo, pone el acento en la intención que se ha marcado este autor desde el principio de insuflar aire fresco en los pulmones de los fans del simbionte que naciera en las páginas de Spiderman y que hoy es ya un héroe de pleno derecho tras haber pasado por las categorías de villano y antihéroe a través de las décadas.

 

De alguna forma, además, este  número rinde tributo a todas estas etapas pasadas, al poner sobre la mesa la evolución de Eddie Brock y de su simbionte mientras nos deja entrever cómo puede ser su futuro y nos hace soñar en cómo puede evitarlo o, dicho de otro modo, darle forma con sus propias manos en lugar de dejarse llevar por las fuertes corrientes del destino que han dispuesto para él tanto Kang como Meridius. No diré que me parece original porque es bien cierto que en cómics ya se ha escrito casi de todo (y al final de este cómic Panini nos pone unos cuantos ejemplos), pero me parece una manera muy divertida de acercarnos a un personaje como Veneno. Alejándonos de la clásica trama urbana (eso queda para el chaval) para embarcar a Eddie en una aventura que lo obligue a subir de nivel una vez más.

 

«Son juegos mentales. El futuro no está escrito. Puedes cambiarlo…«

 

Esto puede fastidiar a quienes esperen de Veneno una historia más en la que éste luche contra sus demonios en una suerte de juego del doctor Jeckyll y Mr. Hyde, pero lo cierto es que sacar al personaje de su zona de confort es un requisito necesario para que éste pueda evolucionar, no necesariamente durante esta etapa, pero sí en algún momento. Ewing se ha marcado una historia que es cien por cien ciencia ficción, con viajes en el tiempo, bucles y enredos de esos que te hacen querer volver a leer todo desde el principio para ver si lo entiendes mejor en una segunda lectura… O si tú habrías detectado según qué detalles al volverlo a ver por segunda ocasión. Me parece que es una estrategia inteligente y que, al igual que hizo con Hulk, Ewing juega con nuevas reglas para el personaje que encajan tangencialmente con las antiguas con el objetivo de construir un universo propio más interesante para sus fans nuevos y de toda la vida.

 

Veneno #10 (#58)

Veneno #10 (#58)

 

Este décimo número marca una suerte de clímax a partir del cual la historia tiene que comenzar a buscar cómo resolverse tanto en el apartado terráqueo, con un Dylan que necesitará evolucionar más allá de donde llegó su padre, como en el espacio-temporal, que de alguna forma exige a Eddie un mayor grado de autoconocimiento para poder adelantarse a sí mismo en la carrera por el futuro de su hijo… y el suyo propio. Me parece que Veneno es una de las series que más pueden sonar en 2023 si se lleva bien. Por el momento me tiene enganchado.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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