Veneno #17 (#65)

Veneno #17 (#65): Bendita locura

Veneno #17 (#65)«Si pones mucho peso en un momento, se puede dividir…«

 

Me lo he pasado de fábula leyendo la nueva entrega de Veneno. Y ya está. Con esto casi os debería bastar para lanzaros de cabeza a ver qué nueva idea se le ha ocurrido al bueno de Al Ewing, pero como hay que rellenar diez veces el número de palabras que llevo y no me conocéis tan bien como para hacerme caso (y bien que hacéis), digamos que POR FIN la serie de Ewing y Ram V se ha librado de las ataduras del crossover arácnido del momento para volver a lo que de verdad nos interesa. Y eso no es otra cosa que ver a Eddie Brock cayendo a lo más hondo en un capítulo que es una auténtica locura… Y no sólo por el simbionte que sale en portada, sino por la ida de pinza que se ha inventado el guionista detrás de esta serie de Marvel que trae a España Panini.

 

Lo que hace Ewing es aprovechar para sí mismo lo que ya vimos en el final de Red Oscura, sumándolo a ese breve (y desorientador) cruce con la que fuera la serie de Donny Cates. Veíamos allí a un demonio envuelto en cierto pringue simbiótico salir del Limbo para enfrentarse con el dios del Trueno y allí hacía también acto de presencia Eddie Brock para ayudar a Thor y a sus aliados. Sólo que no era el Brock de siempre, sino el del futuro, ese al que hemos venido llamando Meridius. La historia nos dejaba un par de detalles más, como la llegada de una pequeña porción de Veneno a los ojos de Donald Blake, encerrado por Loki en lo más profundo de las mazmorras asgardianas (y ésta es una historia que seguramente se perderá en el olvido a no ser que la rescate el propio Ewing ahora que se va a hacer con esa cabecera), peor no acalaraba nada sobre la procedencia del dichoso demonio, por lo que nos quedamos con la impresión de que no se trataba de más que una estrategia comercial de la Casa de las Ideas ante la caída en picado de la colección del señor de Asgard.

 

«Es el viaje del mago. El sacrificio del ego«

 

Pues no, resulta que aquí, en Veneno #17 (#65), Ewing se dedica a rellenar los huecos y contarnos todo lo que nos quedaba por averiguar. Ya tenemos a Locura donde debería estar, a Darkoth como puntual señor del Limbo y a Eddie a punto de tomar un nuevo camino en su eterno viaje de crecimiento personal. Todo ello por medio de una doble narrativa que nos hace explotar la cabeza, que puede que no le guste a algunos (los que añoran tiempos más sencillos), pero que a lectores como un servidor nos ha vuelto locos. Porque es una pasada y porque es muy divertido ver cómo se dedica Ewing a retorcer todo lo que creíamos poder esperar de esta serie.

 

Veneno #17 (#65)

Veneno #17 (#65)

 

A todo esto debemos sumarle la llegada de Cafu. El madrileño nos deja una carta de presentación apoteósica en la que cada página nos deja aún más boquiabiertos que la anterior. Veneno ha disfrutado hasta ahora de una de las etapas más regulares y estables de Bryan Hitch y ahora viene a rematar con una etapa de espectacularidad visual que nos apresuramos a aplaudir desde esta redacción. Veneno se lanza de cabeza hacia la nueva temporada y hacia el fin de las vacaciones con el firme objetivo de ilusionarnos y hacer que dejemos de añorar las tumbonas y la piscina.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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