«Con el cambio viene el conflicto y las víctimas que lo siguen«

Tras las interesantes revelaciones del número anterior, volvemos a dejar a Al Ewing y Eddie Brock en el banquillo para volver con Ram V y el bueno de Dyaln en su huida de todo y todos los que quieren de una y otra forma controlar al simbionte Veneno. Es curioso como la parte que escribe de esta serie Ewing es prácticamente ciencia ficción pura (justo la parcela que está tocando en su serie mutante) mientras que la de V es una road movie en la que sus protagonistas apenas sí tienen breves momentos de respiro antes de tener que huir hacia su siguiente destino. Así, mientras que Veneno #5 (#53) se desarrollaba en un escenario irreal y colorido, el capítulo de este mes de la serie que publica Panini nos lleva a la América profunda y a un bar de moteros que ha vivido tiempos mejores. Dylan se esconde ahí tras huir de Alchemax y de la Fundación por la Vida, pero muy poco le va a durar al pobre chaval el descanso que tanto anhela.

Me resulta curiosa la manera en que la acción va a desatarse. No porque un intento de buena acción por parte del hijo de Eddie acabe en una batalla campal entre simbiontes (eso ya los hemos visto mil veces con otros personajes), sino porque el crío sabe lo que hay, pero elige conscientemente que él quiere ser un Veneno diferente. Eddie siempre fue un paria renegado que huía del conflicto hasta que éste lo alcanzaba, Dylan parece querer encarnar una versión mucho más heroica del personaje marvelita… Y esto puede traducirse a la larga en una reinvención del personaje a todos los niveles que puede dar mucho juego. Hablamos de la aparición de un Protector Letal mucho menos oscuro en el que el simbionte (tal y como ocurriera en las películas de Sony) quiera ir en una dirección mientras que su huésped, con su fuerza de voluntad y con el vínculo emocional que comparte, tire del alienígena en la otra.

«Si vamos a hacer esto… será a mi manera«

Pero aún queda mucho para ello. De momento tenemos a Dylan a punto de meterse en una pelea de bandas de moteros en la que nunca se imaginó participar y que rápidamente va a evolucionar a algo mucho más siniestro, cuando la bestial forma del Rey de Negro que conocimos en el número del mes pasado haga acto de presencia y obligue a Dylan y a Veneno a pasar al siguiente nivel en la aparente nueva evolución del famoso pringue negro de la Casa de las Ideas. La batalla, que con un poco de suerte será más vistosa que lo que vimos en la gran pantalla (Bryan Hitch aún aguanta… y es casi un récord), va a convertir a nuestro protagonista de esta parte de la historia en un proscrito con todas las de la ley y cada vez le van a ir quedando menos sitios en los que esconderse… lo que me lleva a mi reflexión final.

Veneno #6 (#54)

Y es que la huida del muchacho no puede ser eterna. Comienza en este número la saga Destrucción que, como su nombre indica, no creo que vaya a tratar sobre la paz y el amor entre los distintos personajes de esta serie. Pero cuando ésta termine Ewing y V tienen que tener muy claro hacia dónde quieren llevar tanto al personaje como a la historia que está viviendo. Dylan no puede huir eternamente, pero tampoco puede convertirse en la víctima sacrificial de esta serie, así que ya veremos qué es lo que pasa cuando aparte de señores con armaduras el chaval se las vea con uno o dos Vengadores.