Veneno #5 (#53)

Veneno #5 (#53): Las reglas del juego

Veneno #5 (#53)«Delante de nosotros sólo hay entropía, el final de todas las cosas«

 

Dijimos hace no demasiado que Ram V y Al Ewing se iban a repartir la serie de Panini que nos ocupa hoy de manera que el primero se hiciera cargo de la historia de Dylan Brock mientras que el autor detrás de El Inmortal Hulk volvería de cuando en cuando para ocuparse de las aventuras de su padre, reducido a una consciencia con poderes divinos sobre la raza de los simbiontes y llevado por la corriente temporal hasta un punto al borde del fin de los tiempos. Bueno, pues en la entrega que nos ocupa hoy Ewing regresa por un momento y se dedica a conectar todos los puntos que nos parecían inconexos hasta ahora en la historia que mueve la serie de manera que todo tenga un siniestro sentido, nos quede claro cuál va a ser el verdadero enemigo a batir y comencemos a dudar acerca de todos y cada uno de los pasos que vayan dando nuestros protagonistas… a un lado y otro de la historia.

 

Ewing vuelve para explicar el por qué de muchas supuestas incoherencias de la trama, que ahora descubrimos que no eran tales. Plantea, además, un enemigo terrible que bebe de lo que se ha contado en la serie hasta ahora y que lleva el concepto del Rey de Negro más allá. Meridius es un psicópata todopoderoso con libertad para moverse a su antojo por el tiempo. Es una especie de Kang que, además, es capaz de adoptar cualquier forma y hablar con cualquier voz. Pero de alguna forma está atrapado y necesita a Veneno para poder escapar de una suerte de prisión. El momento en que Eddie adquiera este conocimiento comenzará su verdadera batalla contra este enemigo, mientras tanto… seremos testigos de sus tejemanejes y de todo el dolor que éstos van a traer.

 

«Eddie merece lo que le va a pasar. De eso no cabe duda«

 

Me resulta fascinante el modo en el que Ewing es capaz de actuar como un revulsivo para esta serie, para impedir que pierda interés o dinamismo y para alimentar los grandes misterios que la mueven. No es que Ram V esté haciendo un mal trabajo, todo lo contrario, pero números como éste contribuyen a hacernos sentir que hay mucho más corriendo por debajo de la trama de Dylan de lo que se aprecia a primera vista. Ewing ha desvelado varios grandes misterios, pero se ha dejado otros (como la aparición de Eddie ante su hijo en el número del mes pasado) en el tintero adrede para que sigan funcionando como un misterio y para que enlacen con cosas que a buen seguro nos contará en un futuro próximo.

 

Veneno #5 (#53)

Veneno #5 (#53)

 

Así, la serie se mueve a dos velocidades, pero de forma sincrónica y elegante. Las tramas de padre e hijo se entrelazan y dependen la una de la otra y los lectores nos vemos obligados a prestar una atención extra a los detalles que ocurren en ambas mitades de esta cabecera. Se nos prometió cuando la serie fue relanzada que Veneno iba a llegar a donde nunca antes había llegado y ahora comienzo a creérmelo de verdad.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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