Yelena y Natasha

Viuda Negra. Yo soy la Viuda Negra: Una Natasha con futuro

Viuda Negra: Yo soy la Viuda NegraLazos que unen puso el listón altísimo (tanto como para ganar un Eisner a la mejor serie nueva de 2021) y si bien este Yo soy la Viuda Negra no resulta tan sobresaliente, sí es lo suficientemente entretenido para mantenernos pegados al tomo que publica Panini Cómics de principio a fin. La guionista Kelly Thompson tira de oficio en un volumen en el que está muy bien acompañada por Elena Casagrande y Rafael de Latorre.

 

«Ser espía se parece mucho a estar enamorada»

 

Natasha (o Natalia) está más que asentada en San Francisco junto a Yelena, con quien forma equipo no solo para intentar superar su más reciente pérdida (el dolor de los recuerdos sigue hiriendo a nuestra protagonista de forma bastante profunda), sino para recordar a los maleantes de la ciudad que es ella quien manda. Así, ambas viudas, la negra y la blanca, tienen como objetivo desbaratar los planes de Apogeo, un misterioso villano que trafica con súper poderes.

 

Entre medias, la pareja de espías se encuentra con una joven ladronzuela y con una víctima de los desmanes de Apogeo, a quien acogen para su protección. Si se trata de la misma chica o no es algo que no hemos sabido discernir hasta acudir a la edición USA del cómic (donde antes de cada capítulo resumen lo anterior), lo que resulta bastante frustrante. Este es el motivo por el que la aventura no resulta tan sobresaliente respecto al tomo anterior. Al margen de las ideas y mecanismos internos que hacían de Lazos que unen algo muy especial en la trayectoria de Viuda Negra, en nos pocos momentos Yo soy la Viuda Negra nos deja colgados y no parece un arco tan cohesionado; durante buena parte de la aventura tenemos el runrún de que nos falta información y/o contexto, la trama va demasiado acelerada, «perdiéndose» escenas por el camino (dando como resultado problemas como el citado al inicio del párrafo).

 

Yelena y Natasha

 

Aún así, el interés en la aventura no llega a decaer en ningún momento. Thompson , bien arropada por Casagrande (con el apoyo de Latorre) configura a una Natasha sumamente atractiva. La guionista ha dado por zanjado el pasado de la espía y no quiere recrearse en él. Ya hemos tenido demasiadas historias de Viuda Negra centradas en la Sala Roja y su pasado como agente soviética o rusa. Este es el principal valor de la nueva iteración de Viuda Negra: mira siempre hacia delante. Thompson se preocupa de dotar a su protagonista de un escenario y unos planes pensados para que esta avance y crezca como personaje.

 

Así, aunque el conflicto en el que se pueda volver envuelta Natasha sea más o menos llamativo o tire más o menos de lugares comunes, siempre vamos a tener un valor diferencial respecto a los acercamientos previos al personaje. Esta es una Viuda Negra que lucha siempre con el futuro en el horizonte.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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