Panini Cómics edita el segundo volumen de X-Force de Craig Kyle y Christopher Yost y da por concluida la recopilación de una de las cabeceras más sangrientas que hemos visto en Marvel Comics en muchos años. John Wick estaría orgulloso.
«Ahora voy a volarte el cerebro. Y luego me lo voy a comer»
Fuera de la recopilación quedan aquellos números implicados en dos de los eventos mutantes de la época, para los que X-Force servía -en cierta manera- de puente. Por un lado, La Guerra del Mesías, que tiene lugar precisamente entre Ángeles y demonios y Necrosha; por otro, Advenimiento, que abarca los números #27-29 de la anterior edición en grapa de Panini (o los números #26-28 de la edición original). Bien es cierto que uno agarra este tomo (tras haber leído Ángeles y demonios) y no echa en falta lo narrado en La Guerra del Mesías, en parte por algunas de las particularidades de aquel evento. Y más que menos sucede lo mismo con Advenimiento. Pero es cierto también la sombra de Hope Summers (la mesías mutante) es alargadísima.
Como ya comentamos en el post anterior, esta iteración de X-Force nace en un contexto muy concreto y su tono y energía se nutre muchísimo de todo lo que tenía lugar por aquel entonces en Marvel. Desde la trilogía de la pequeña Hope hasta el Día M en clave mutante, pero también de Reinado Oscuro, la puñalada política a los Vengadores con el ascenso de Norman Osborn al poder, desmantelando S.H.I.E.L.D. y creando H.A.M.M.E.R. La violencia y la maldad tienen una suerte de impunidad en estos tiempos de las que se empapa X-Force. Por ello, aunque esta sea una lectura muy disfrutable de forma autónoma, conocer el contexto da muchísimo más empaque a la misma.
La primera de las aventuras contenidas aquí, que parte de lo narrado en el tomo anterior, toma a X-23 como protagonista casi absoluta, quien es secuestrada y debe huir llevándose a quien sea por delante. Los puntos más interesantes radican en las referencias al estado del mundo en pleno Reinado Oscuro y en cómo el relato engarza en la cronología del personaje. Los autores tienen muy en cuenta el pasado de Laura y lo usan a favor de obra. La segunda, por su parte, recupera a Selene y avanza en lo construido desde el arranque de la serie. El argumento (la serie en general) tiene un marcado carácter visceral. Héroes y villanos se mueven por pasiones e instinto. La supervivencia es la máxima a seguir y cualquier medio es válido para alcanzarla. En su breve pero apasionante etapa, Kyle y Yost han conducido la desesperación de sus personajes a una senda de destrucción y diversión que supuso (y supone) un soplo de frescura en la Marvel actual.
Completando el tomo nos encontramos con la miniserie (también escrita por Yost y Kyle, con Gabriele Dell’Otto al dibujo) titulada X-Force: Sexo + Violencia protagonizada por Lobezno y Dominó. No hace falta decir qué es los que nos vamos a encontrar en sus páginas, ¿verdad?; pero es una lástima que por el camino se hayan perdido los extras incluidos en la «Marvel Graphic Novel» original. Y además de un annual dividido en dos historias, una protagonizada por Lobezno y escrita por Robert Kirkman que está entre los mejores relatos cortos sobre el personaje (y La Patrulla-X) que os vais a encontrar, y otro escrito por Yost y Kyle, simpático pero prescindible, en el que Masacre (o Deadpool) hace de las suyas.
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