«Un invernadero mantienen las cosas vivas en épocas frías, de muerte«
Vale, el tema de Coloso ya está ‘resuelto’. Pintan bastos para los mutantes y no es cuestión de dejar atrás a uno con el nivel de poder de Piotr sólo porque haya estado un par de años obrando en contra de sus congéneres bajo el influjo de su hermano. En este sentido me vais a permitir un comentario: vaya hipocresía por parte de Lobezno (un tipo al que han controlado mentalmente ya unas cuantas veces) no estar dispuesto a perdonar este tema a la primera. Primer patinazo de Benjamin Percy en un número de esta colección en el que no ha estado demasiado fino. También patina, y esta es de traca, al decir que Lobezno lleva huyendo desde la Gala Fuego Infernal del año pasado cuando los que hemos estado leyendo su colección sabemos que ha estado eliminando a las copias de sí mismo que Bestia ha ido dejando por ahí al tiempo que le ha declarado una guerra encubierta a Orchis acompañado por algunos de los pesos más pesados de la Casa de las Ideas.
Tendría perdón esta última (y no demasiado, que para eso están las reuniones de coordinación) si Percy no fuera quien está escribiendo la serie del mutante de las garras de adamántium. ¿Confió quizás Percy en que dado el precio de las grapas de Panini la gente ya sólo siga una de las dos colecciones? Sería la leche, pero apuesto más porque se haya dado cuenta de los pocos números que le quedan a esta colección y necesite ahora ponerse las pilas y recoger a todos los personajes para su última gran aventura juntos antes de que la guerra definitiva contra Orchis cambie el panorama mutante de forma definitiva… dentro de lo que la Casa de las Ideas entiende como definitivo.
«Aún no habéis decidido qué hacer conmigo, ¿verdad?«
Superados estos roces con la continuidad, Percy se marca un número de transición con el objetivo de recomponer al grupo de cara a la cacería contra Bestia que ha de darse en los próximos números y hasta el final de esta etapa. Vuelve Logan, sí, pero se mantiene Lobezna y se unen Akihiro y otros cuantos provenientes de Alpha Flight (serie que estamos pudiendo seguir en Patrulla-X: Caída de X y que, quizás, habría habido que leer antes que ésta), por lo que lo que hasta ahora era un reducido grupo de especialistas en labores de infiltración, asesinato, etcétera, se va convirtiendo lentamente en otra cosa. En algo más cercano al último reducto seguro para los mutantes en la Tierra más allá de las alcantarillas donde ahora mora la actual configuración de la Patrulla-X.
Cierra el cómic, aparte de con la promesa de volver con el tema de la Bestia, con otro regreso, uno que Percy le debía a cierto personaje y a nosotros, los lectores. Uno que ojalá se traduzca en algo más que una anécdota, porque de toda esta grapa de transición, me parece el momento más bonito y salvable. Tanto que me puede hacer olvidar un dibujo bastante discutible (no diré que Daniel Picciotto no esté a la altura, pero no me casa con lo que he venido viendo hasta ahora en esta cabecera y hay personajes a los que ni tan siquiera he llegado a reconocer…) y los tremendos resbalones con los que comienza a mostrar su agotamiento.
Deja un comentario: