«Las máscaras de esquí ya no forman parte del léxico cultural«
La Bestia convertido en el principal villano de las dos series que escribe Benjamin Percy, ¿acaso no habrá final para el paseo por el barro del personaje? ¿O acaso la Casa de las Ideas ya no siente ninguna gana de recuperar al bonachón azul y esponjoso del pasado? En X- Force #37: Destino de X llegamos al final de la trama de Los Calendarios Fantasma (un poco forzadamente por aquello de tratar de cuadrar con la que está montando Coloso en Inmortal Patrulla-X y con la que se avecina en la Gala Fuego Infernal 2023) y la parada final no es otra que un futuro en el que McCoy gobierna con mano de hierro (o del metal del que esté hecha) transformado en una suerte de Nimrod pro-mutante que ha montado su propio paraíso orwelliano en base a la vigilancia constante y la erradicación de la raza humana.
Y vuelvo con las preguntas con las que he abierto el artículo. Puede que la editorial cuyos cómics edita en España Panini haya decidido llevar a este personaje de viaje por lo más oscuro y aterrador para devolvérnoslo de nuevo radiante dentro de unos años, cuando los mutantes vuelvan al cine de la mano de Marvel y Disney, y que entonces recibamos a la Bestia con los brazos abiertos y lágrimas en los ojos. Pero puede también que en la Casa de las Ideas se hayan puesto el traje de psicólogos y, tras un profundo examen a la mente de este otrora héroe marvelita, hayan decidido que éste es el papel que siempre estuvo destinado a interpretar. Que siempre existió dentro de Hank McCoy un germen de locura esperando el momento oportuno para eclosionar.
«Abrochaos los cinturones psiónicos y agarraos los machitos«
Y es que si nos ponemos a rebuscar un poquito en su historia nos encontramos con que el amable chaval de grandes pies y aspecto simiesco fue el artífice de su propia desgracia cuando, tratando de parecer ‘más humano’, provocó en sí mismo la aparición de la mutación secundaria que le convertiría en una bola de pelo azul. De aquí (y de futuros experimentos bastante dudosos) podríamos inferir que Hank siempre ha tenido en la base de su personalidad problemas para aceptarse a sí mismo y, a la vez, un sentimiento de superioridad mortal que le ha llevado a desoír en repetidas ocasiones a quien le aconsejaba bien. También está la existencia de la Bestia Oscura, una versión de sí mismo enloquecida y al servicio de Mr. Siniestro dentro de la línea de tiempo alternativa de la Era de Apocalipsis. Esta alternativa villanesca del personaje nos sugiere que, sencillamente, era cuestión de tiempo (y de los incentivos adecuados) que McCoy escorara hacia el lado oscuro.
O puede que, en fin, Percy se lo esté pasando muy bien restregando a Bestia por el fango y que de momento nadie se haya planteado qué hacer con él cuando toda esta locura acabe (aunque lo veo poco probable). Lo cierto es que estos Calendarios Fantasma han resultado en una última aventura divertida para un grupo demasiado inmerso en el drama. Y, además, nos devuelve una vez más a Quentin Quire (o eso espera un servidor) antes de que todo se vaya una vez más al garete para los hombres y mujeres X. Ahora falta por ver si a alguien le da tiempo de devolverlo a la edad que tenía cuando Cerebrax se lo llevó de paseo por el espacio y el tiempo.
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