Nos ponemos al día con el manga más divertido de Panini Managa: Zom 100. Al tiempo que su adaptación al anime no para de ganar nuevos adeptos, la obra de Haro Aso y Kotaro Takata eleva una vez más su apuesta en su medio original. Alcanzados los tomos #12 y #13 de la colección la situación de Akira y compañía da un inevitable y crucial giro que marcará el futuro a corto-medio plazo de sus aventuras.

«¿¡Le has quitado el seguro!?»

Lejos de ponernos dramáticos o exagerar con nuestras afirmaciones, el hilo de los acontecimientos quiere imprimirle a la serie una nueva capa de profundidad que, en cierta manera, veníamos echando de menos desde hace ya algún tiempo. La inconsciencia colectiva de la que hablamos en el último artículo parece tener los días contados, al menos para nuestros protagonistas. No digo que vayan a dejar de lado la lista o que vayan de dejar de lanzarse de cabeza hacia la aventura, sino que precisamente la cabeza pasará a tener más importancia que el corazón.

Y esto es así porque después de algunas entregas en las que parecía que Akira y compañía estaban de parranda y no en un mundo desolado por la pandemia zombi, por primera vez en mucho tiempo, le ven las orejas al lobo y recobran la conciencia de lo vulnerables que son. Los protagonistas dan con uno de sus objetivos prioritarios desde casi el arranque de la serie y esto, obligatoriamente, cambia algunas de las dinámicas.

No solo eso, la aparición de nuevos personajes e información relevante respecto al estado del mundo aporta una gravedad y dramatismo que encaja muy bien en la historia que están narrando Aso y Takata. Siguen los juegos y las ideas descabelladamente divertidas – el tomo #13, por ejemplo, abraza algunos de los códigos de los relatos de acción y ciencia ficción oscura como Aliens o la saga Resident Evil-, pero el drama y el crecimiento emocional de los personajes adquiere nueva relevancia. Esto es relevante no solo en los nuevos personajes presentados, sino -sobre todo- en lo concerniente a Shizuka y Akira.

Nada que no viéramos venir, cierto, pero que les confiere una interesante nueva perspectiva ante lo que está por venir. Y ante las últimas revelaciones se nos plantea una no menos interesante cuestión: ¿se ha dado en estas páginas el primer paso hacia el inevitable final de Zom 100?