Jesse y la Srta. Oatlash

Predicador #7-8: Una pizca de esperanza

PredicadorDespués de los últimos acontecimientos, Jesse Cluster debe reflexionar sobre su misión y recomponer las piezas de una vida que parece haberse hecho trizas. En estos dos volúmenes, ya muy cerca del final de la historia, nuestro predicador retrocede casi a la casilla de salida, se refugia en una pequeña población texana y busca la manera de reencontrarse consigo mismo.

 

Garth Ennis y Steve Dillon nos hacen dar un salto de seis meses y nos llevan hasta Salvation, localidad en la que Jesse Cluster ha colgado los hábitos por un tiempo para tomar las riendas del lugar convertido en su nuevo sheriff. El western deja de ser una influencia para tornarse en algo más tangible. Los autores ya no utilizan algunos de sus códigos aquí y allá trasladándolos a su relato, sino que es este el que se ha transformado para asemejarse al western canónico.

 

Con este movimiento Jesse se erige de una vez en el gran héroe de Predicador. Separado de Tulip y Cassidy, con su mundo derrumbado, tiene que empezar de cero (rechazando incluso hacer uso de la palabra de dios), y es en esta situación donde su verdadera naturaleza emerge, recogiendo el testigo de los John Wayne, James Stewart o Clint Eastwood y adaptándolos a finales del siglo XX.

 

Cluster es un hombre de honor, leal, con un sentido del deber inquebrantable y defensor a ultranza de la justicia. Representa el ideario de los estados del sur norteamericano, un carácter que le recuerdan el resto de personajes y también los propios autores, quienes no hacen más que preguntarse cómo es posible que un país que defiende y se enorgullece de tales valores puede ser, al mismo tiempo, caldo de cultivo para las peores vilezas. Subrayando los momentos de esperanza y heroísmo de sus personajes, Ennis y Dillon cargan aún más el sentido crítico de su obra. Lejos de ser un divertimento desaforado, Predicador es una crónica y una crítica del modo de vida americano, del rumbo que ha tomado la sociedad de aquel país en las últimas décadas. Una sociedad descreída, que no deja de mirarse al ombligo y que está repleta de héroes con pies de barro, un lugar en el que las hienas acechan en cada esquina, donde el poder es el mayor de los dogmas… pero en la que de cuando en cuando aparecen tipos como Jesse Cluster (o su padre en Vietnam) que le devuelven una pizca de esperanza y recuerdan qué fue lo que hizo grande a los EEUU.

 

Jesse Cluster

 

El séptimo tomo, Salvación, recoge la estancia completa de Cluster en ese pueblo. Apenas hay unas pocas menciones a Cassidy y Tulip, lo que permite a los autores a profundizar en su protagonista sin ningún tipo de condicionante externo. Es él contra el mundo, y es un escenario en el que pocas veces se habían visto los autores (algún que otro flashback y poco más), lo que les da la oportunidad de conocer a conciencia a su personaje y enriquecer su contexto. Algo similar habíamos visto con Cassidy, pero la diferencia radica en que aquí no estamos echando la vista atrás para saber cómo ha llegado el personaje a su situación actual, sino que es su presente –y su futuro– lo que se explora. Los autores aprovechan también para recuperar algunos personajes del pasado de Cluster que marcarán los próximos pasos del héroe; así como la creación de otros nuevos y prepara la despedida de alguno que otro que ya teníamos en el olvido.

 

En cuanto al octavo tomo de la colección, Se acerca el infierno, este arranca en el mismo punto que el anterior, pero centrándose en Cassidy y Tulip, juntos desde el enfrentamiento que tuvieron con Starr. Pero como el pasado, pasado está, los autores no se recrean en la situación y en seguida retoman la narración donde la dejaron en los capítulos anteriores, poniendo frente a frente a Jesse y Tulip.

 

Jesse y la Srta. Oatlash

 

Si había alguna duda de cuál era el centro de esta aventura, estas páginas terminan de despejar cualquier atisbo de duda. La relación de Tulip y Jesse es lo que siempre ha movido Predicador, sus idas y venidas, sus despedidas y reencuentros, la pasión existente entre ellos. Predicador no deja de ser una historia romántica. Con muchos elementos fantásticos, sí, pero el fondo es el amor que mueve a ambos personajes, capaces de lo imposible por el otro. Una lectura muy interesante –y esperanzadora–, en un mundo caótico y perverso como el nuestro, aún hay lugar para el amor.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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