Dos agentes del FBI entran en un almacén… Esta es la simplificada premisa de A Walk Through Hell, la última propuesta del prolífico Garth Ennis para el sello Aftershock que edita en España Planeta Cómic. Acompañado del dibujante croata Goran Sudžuka (a quien hemos disfrutado en Fantasmas o la etapa de Brian Azzarello al frente de Wonder Woman), el guionista nos introduce en un thriller de terror muy apegado al presente (no faltan manifiestas referencias a candentes asuntos tales como el racismo o el feminismo) en el que la realidad como tal es un concepto discutible.
«No estamos en el infierno. He sido… es una estupidez«
Sin abandonar su estilo directo y agresivo, da la impresión de que Ennis se toma muy en serio su propuesta, alejándose de algunas de sus obras más mediáticas (gracias a la televisión) como son Predicador o The Boys. El ambiente detectivesco y el cinismo del que hacen gala sus protagonistas acercan A Walk Through más hacia los terrenos explorados en su Hellblazer. Las circunstancias personales de Shaw y McGregor, la pareja de federales que protagonizan la serie, muchas veces condicionan el tono de la misma. El terror y la crítica social apuntadas antes conjugan en un relato ciertamente dramático, que presta mucha atención a la construcción de sus principales personajes. Esto es importante porque una de las armas que usa Ennis para avanzar en la historia es la psicología de los protagonistas, puesta a prueba llevándoles al límite de la cordura. Son muchas las preguntas que plantea el tomo, llegando al punto en que prácticamente todo se pone en cuestión.
La obra, que nos presenta su primer volumen (que recopila los números #1-5 de la edición original anglosajona), se configura siguiendo una estructura que recuerda a la utilizada por la televisiva Perdidos: En primer término hay una situación de peligro para los protagonistas, muy desconcertante y misteriosa para todos, personajes y lectores. Y, al mismo tiempo, vemos flashbacks que explican quiénes son los personajes y por qué han acabado en la situación presente. Como es de esperar, la resolución de un interrogante solo sirve para que aparezca otro, favoreciendo así el juego entre autor-lector y que el interés en los personajes y el misterio que los envuelve crezca capítulo a capítulo.
Aún es pronto, pues el viaje propuesto por Ennis solo acaba de comenzar, pero si juega bien con los tiempos y dosifica la información, tenemos serie para rato. Este primer tomo incluye también una selección de portadas alternativas, bocetos de personajes realizados por Sudzuka y el proceso creativo de tres páginas distintas, desde su concepción en guion hasta el acabo final pasando por las distintas fases del bocetado y dibujo.
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