«¿No habrá olvidado que los niños necesitados vienen por la mañana?«
Llevo algún tiempo alejado de las historias de Batman. Quizás se deba a que el mundo actual ya me parece bastante aterrador sin necesidad de un Joker por ahí dando por saco. O puede que no tenga estómago para las frías, húmedas y oscuras calles de Gotham ahora que el mundo se está volviendo cada vez más frío, húmedo y oscuro (el invierno también afecta, la verdad). Lo cierto es que, sin embargo, me apetecía darle una oportunidad a Batman: Reptil. El hecho de que sea una historia autoconclusiva le suma muchos puntos y que venga con la firma de Garth Ennis en los guiones me ofrecía la garantía de leer algo realmente diferente a lo que estoy acostumbrado. Además, ECC acaba de sacar el recopilatorio de los seis números que han conformado la historia bajo el sello DC Black Label, así que la oportunidad era de oro para darle un mordisco a este pastel.
El primer bocado me ha resultado tal y como lo esperaba. Nos encontramos con una Gotham sucia y oscura y con unos personajes deformados y tortuosos que se mueven en las sombras (de esto tiene gran parte del mérito un bastante correcto Liam Sharp al que hemos visto en otras ocasiones por la editorial). Todo parece apuntar a un Caballero Oscuro aún más brutal y despiadado de lo que estamos acostumbrados y la historia, que rápidamente nos comienza a ofrecer a los villanos del cruzado de la capa abiertos en canal, malheridos y torturados, parece que va a transitar también por los caminos que nos suele ofrecer el guionista de éxitos como El Predicador o una estupenda (y corta) etapa de Hellblazer.
«Supongo que lo descubriremos en la próxima y emocionante entrega«
Sin embargo en algún punto todo se tuerce y el resto de bocados me van sabiendo cada vez más y más insípidos. La oscuridad que tan bien le sienta al relato en una primera instancia rápidamente se torna monótona y aburrida (en lugar de angustiosa, como seguramente pretendían los autores) y el ritmo narrativo va dando tantos tumbos que en ocasiones cuesta saber si un cuadro de diálogo es continuación o no del anterior. Me he sorprendido a mí mismo dando un par de sonoros bostezos mientras leía este cómic, tratando de no dormirme con una historia que nos lleva de manera inexorable hacia un desenlace que, si bien no es del todo predecible, tampoco es que llegue a sorprender al lecotr avezado. Al final uno termina sintiendo que ha invertido un verdadero esfuerzo en terminar de leerse un cómic que, en principio, había adquirido para divertirse. Y eso no está bien.
Batman: Reptil tiene giros de guión muy del estilo del autor y alguno, sobre todo cerca del final, es verdaderamente divertido de leer. Pero lo cierto es que ningún lector puede esperar cinco números para encontrarse con la historia que quería leer en el sexto (aproximadamente). No tiene sentido lo despacio que se mueve la trama y los bandazos que va dando el protagonista cuando resulta que tiene a casi todos sus enemigos fichados y localizados en todo momento. O cuando da la impresión de que no hay un palmo de Gotham que quede libre de su vigilancia. Batman: Reptil trata de convencernos de que es muchas cosas que queremos leer, pero termina resultando un tebeo más entre otros cientos iguales.
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